D E S E R T
Caballero legionario Tomás Pinos Martín
Sección de la Policía Militar
Dentro de los actos correspondientes
a la celebración del Centenario de La
Legión, este año hemos contado con el
privilegio de colaborar en la 15ª edición
de la prueba ciclista Titan Desert celebrada
del 02 al 06 de noviembre. Una
carrera dividida en cinco etapas, todas
ellas dentro de la provincia de Almería,
pasando su última etapa por la Brigada
de la Legión y por el campo de maniobras
y tiro Álvarez de Sotomayor.
Dos semanas antes de la etapa, se
formó una comisión para apoyar en el
paso por la Brigada de la 5ª etapa, correspondiéndole
a la Bandera de Cuartel
General apoyar con la Policía Militar.
Se formaron dos equipos de motos (TT)
y tuve el privilegio de ser nombrado para
formar parte de uno de ellos. Días antes
de la etapa, el jefe del apoyo a la carrera
en una reunión previa, dio las ordenes
preliminares para la colaboración
y además de las consignas (itinerario,
planes de actuación, ubicación de los
servicios médicos, rutas alternativas,
posición del avituallamiento, etc.), los
detalles del servicio que consistía en
cerrar carrera al paso por la base y el
campo de maniobras con dos motos y
las otras dos en prevengan para acompañar
a los servicios médicos ante una
posible evacuación de algún corredor
accidentado.
Nos pusimos en marcha dividiendo el
trabajo en dos jornadas de reconocimiento,
para así ser lo más eficientes
ante cualquier incidencia y de esta
manera actuar de una manera ágil y
resuelta, y otra jornada conjunta con el
Jefe al mando de la organización finalizando
con un feedback exponiendo las
sensaciones y deficiencias que pudimos
observar.
En la jornada del viernes, a primera
hora de la mañana, último chequeo de
L O S T I T A N E S
D E L A
P O L I C Í A
M I L I T A R
las motos, prueba de enlace con los
medios de transmisiones integrado en
los cascos y nos dispusimos a comenzar
el servicio. Contamos con el apoyo
de otros compañeros de la Sección de
Policía Militar dentro de la base. Entre
todos, debíamos de controlar la carrera
desde la puerta principal hasta que se
adentrase en el campo de maniobras,
momento en el cual, las dos motos de
retaguardia se dispondrían a cerrar la
carrera y verificar que nadie se quedaba
por el camino, siempre en comunicación
directa con la organización y los
servicios médicos.
Tuve el honor de poder ser una de
esas motos de retaguardia que, junto
a mi compañero, pudimos compartir y
disfrutar de cada uno de los kilómetros
que conformaban ese tramo de la carrera
con los últimos ciclistas que con
tanto sacrificio se adentraban en cada
subida del recorrido. Los participantes
agradecieron el apoyo y esa seguridad
que les brindábamos, pues sentían que
no estaban solos y que La Legión les
arropaba y les animaba a seguir dando
cada pedaleada. Pudimos compartir
breves momentos con ellos
cuando paraban en algunas
de las subidas complicadas
para hidratarse y tomar algo
de energía con el
fin de poder
Actividades y Noticias <<
seguir. Allí estábamos nosotros para
darles ánimos y compañía, fue muy
gratificante. Me quedo con el momento
en que los dos últimos ciclistas salieron
del CMyT, lugar donde acababa
nuestra zona de responsabilidad, se
pararon acercándose a nosotros y se
despidieron dándonos las gracias por
haber estado con ellos hasta el final.
Para nosotros, fue la consolidación y
el sentimiento del deber cumplido y el
trabajo bien hecho.
Y como dice nuestro Credo en el Espíritu
de Amistad:
«De juramento entre cada dos
hombres».
553 · IV-2020 23 La Legión