
>> Pasado, Presente y Futuro
que la nueva unidad estaría constituida por voluntarios
de cualquier lugar, lo que a primera vista
parece contradictorio con la normativa vigente en
Espala para el reclutamiento, según la cual únicamente
podían formar parte del Ejército los españoles
o naturalizados. Pero, en realidad, no hay
tal contradicción, porque la Ley para la reforma
del Ejército de junio de 1918 autorizaba al ministro
de la Guerra a realizar la recluta de soldados
voluntarios como mejor considerase y, por lo que
se ve, el ministro, con este Real Decreto consideraba
oportuno dar, a los hombres de cualquier
lugar, la posibilidad de alistarse en una unidad
armada española, cuya función sería «prestar
servicios militares». No especificaba si actuaría
como auxiliar del Ejército o formando parte de
él, por lo que tampoco indicaba las armas en las
que, hipotéticamente, podrían estar encuadrados
sus componentes. Además, el hecho de que tanto
los oficiales como la tropa pudieran ser «de
cualquier lugar», permite vislumbrar, lo que luego
será una realidad: que la tropa voluntaria tendría
posibilidades reales de promoción, pudiendo llegar
a formar parte de la oficialidad.
El segundo aspecto de interés está relacionado
con el hecho de que el Real Decreto afirma que
el futuro «Tercio» podría operar, también, en la
península. De nuevo el ministro utiliza las prerrogativas
que le da la ley de junio de 1918 para
vencer la, aparente, contradicción con la normativa
vigente que restringía el área de operaciones
de los voluntarios con premio a los territorios de
influencia española en África. En este punto conviene
recordar que la Legión Extranjera francesa
únicamente podía intervenir en las colonias y
sólo en caso de guerra u otra extrema necesidad,
podía hacerlo en el territorio continental.
La segunda parte del documento la constituye
su primer y único artículo, por medio del cual, su
majestad aceptaba la propuesta y decretaba la
creación de la nueva unidad armada otorgando
al Ministerio de la Guerra las competencias necesarias
para llevar a cabo el proyecto, pues recibía
el encargo de elaborar el reglamento, lo que
suponía poder fijar todos los aspectos relacionados
con el nuevo «Tercio»: financiación, orgánica,
estructura, mandos, efectivos, origen de los
efectivos, haberes, mecanismos de alistamiento,
acciones militares a llevar a cabo… Y todo ello
por Real Decreto.
Hubo que esperar hasta el treinta y uno de agosto
de ese año, 1920, para que el proyecto volviera
a la carpeta de firmas de su majestad; el
responsable de ello fue don Luis de Marichalar
y Monreal (ministro de la Guerra desde el 5 de
mayo de ese año). Así, el Diario Oficial del Ministerio
de la Guerra del primero de septiembre
de 1920 se abría con la sección «Parte oficial»
y ésta, a su vez, con un real decreto firmado el
treinta y uno de agosto por el cual el ministro
conseguía la financiación y las competencias necesarias
para poner en marcha la unidad creada
en enero. El decreto estaba formulado en los siguientes
términos:
«REALES DECRETOS
Para llevar a la práctica Mi decreto de 28 de
enero del año actual, por el que se dispone la
creación de un Tercio de Extranjeros, a propuesta
del Ministro de la Guerra y de acuerdo
con Mi Consejo de Ministros,
Vengo a decretar lo siguiente:
Artículo primero. Se procederá desde luego a
la organización de la citada unidad, fijándose
por el Ministro de la Guerra los efectivos, haberes
y reglamente por que ha de regirse.
Art. 2.º Todos los gastos que el referido Tercio
ocasione serán sufragados por cuenta del …
Dado en palacio a treinta y uno de agosto de
mil novecientos veinte,
ALFONSO
El ministro de la Guerra
LUIS MARICHALAR Y MONREAL».
Es decir, se activaba el proyecto de creación de
un «Tercio de extranjeros» que, en la actualidad,
con el nombre de Legión Española, constituye un
referente entre las tropas de infantería del mundo
occidental.
El siguiente paso del vizconde de Eza no se hizo
esperar y el día dos de septiembre (Diario Oficial
del Ministerio de la Guerra del 3-sep-1920)
se confería el mando del Tercio de Extranjeros
español al entonces teniente coronel de Infantería
«d. José Millán Terreros» (posteriormente uniría
los apellidos de su padre para establecer un
primer apellido compuesto: Millán-Astray) que se
encontraba destinado en el regimiento Príncipe
número 3. El nombramiento se comunicaba a la
Alta Comisaría de España en Marruecos, al capitán
general de la Octava Región y al interventor
civil de Guerra y Marina y del Protectorado español
en Marruecos.
El Tercio de Extranjeros daba sus primeros pasos.
78 553 · IV-2020 La Legión