EN COMPAÑIA DE LA...
países más afectados. Estos fueron: Honduras, Nicaragua, El Salvador y Guatemala, que sufrieron inundaciones, corrimientos
de tierra, graves destrozos en carreteras y puentes, provocando un aumento de la enfermedad y de la pobreza,
en especial entre los más humildes, que perdieron casas, huertas y ganado. Tan solo en Nicaragua, las lluvias dejaron
17.600 casas dañadas y destruyeron 23.900, desplazando a 368.300 personas, destruyendo 16.340 escuelas y 90
centros de salud, que fueron afectados severamente o destruídos.
El gobierno español de entonces, tomó la decisión de enviar, en buques de la Armada, toneladas de víveres y medicamentos
y un grupo bien organizado de médicos y enfermeros para atender a las personas más perjudicadas. Esa operación
se llamó: «Operación Alfa
Charlie».
Aún recuerdo con emoción en la tarde previa a nuestra partida hacia Honduras, ver formada en la toldilla del barco a
una Agrupación del TEAR, firmes en su posición de descanso, con la cabeza bien alta y sus guiones al frente, bajo el
mando del comandante Alfredo Molina. Poco después llegarían los helicópteros de la Tercera Escuadrilla, cuyos pilotos
Buque de Asalto Anfibio Galicia L-51
saludaban marcialmente al tomar en cubierta; eran Eliseo González Ferrera, Germán Leyra y algunos más. A nuestro
lado, unos 16 componentes de la brigada de Sanidad y la dotación entera del barco que mandaba un magnífico comandante,
el CN Julio Antonio Blázquez, completaban la formación.
Ya en ese momento y sin haber entrado en acción, comprendí lo que era el «Poder naval». Semanas después comprobaría
el valor y la profesionalidad de los oficiales, suboficiales y soldados de Infantería de Marina que nos acompañaban.
El domingo 22 de noviembre de 1998 zarpó el Galicia desde la Base Naval de Rota (Cádiz). La gran capacidad del
barco, para transportar grupos organizados y entrenados como el contingente de médicos y sanitarios que pasó a
llamarse USANEM (Unidad de sanidad embarcada), bautizada así para posteriores misiones, o la Brigada de Infantería
de Marina y los helicópteros con sus pilotos, demostraron que a pesar de ser un medio de transporte más lento que
otros, las ventajas de un barco superaban con mucho a otros sistemas como los aviones.
El Transporte de Ataque Galicia tenía un pequeño hospital en su interior y distintos medios de desplazamiento para
llevarnos a zonas lejanas e intransitables y que eran precisamente los vehículos Hummer y los helicópteros de la Tercera
Escuadrilla de Aeronaves, a cargo ambos del personal de la Infantería de Marina. El barco contaba además con la
capacidad de proporcionar todo el oxígeno que necesitaran sus actuaciones sanitarias, potabilizadoras de agua tan solicitadas
en este tipo de catástrofes, ante la ausencia de agua segura y la gran cantidad de víveres y medicamentos embarcados
en sus pañoles. En el caso de la actividad médica, la presencia en los equipos de las distintas especialidades, hacían
posibles intervenciones quirúrgicas o tratamientos intensivos, controlados fielmente por los servicios de laboratorio
BOLETÍN DE LA INFANTERÍA DE MARINA 23
y radiología.
Durante el tránsito de unos 12 días en cruzar el Atlántico, hubo algunas conferencias para toda la dotación franca de
servicio. Pues bien, en casi todas ellas, pero sobre todo en las que se trataba de Historia Naval, me impresionaron las
intervenciones y el dominio de muchos de los temas, que tenían los suboficiales de Infantería de Marina.