HISTORIA
La reacción a este anuncio de proyecto de ley fue la unión de todo el personal para tratar de salvar todo lo que se
pudiera del desastre que se avecinaba, y atenuar en lo posible los perjuicios. Se buscaron apoyos parlamentarios, se
efectuaron estudios y reuniones de trabajo, y se aportó dinero. Finalmente se consiguió alejar el espectro del retiro
forzoso, obteniéndose algunas ventajas que permitirían retirarse en mejores condiciones que las que iba a ofrecer el
proyecto de ley.
El análisis de los documentos no oficiales que hemos revisado, relacionados con esta propuesta, reflejan que cómo
en todas las épocas de crisis, las mentalidades se dividieron en dos: las de quienes agotados sus ánimos manifestaron
«el dolorido sentir», y las de los que creyeron en el futuro del Cuerpo y estaban dispuestos a pelear por ello.
Las reacciones ante el proyecto de ley, y la unión que se había logrado, se fragmentaron cuando un grupo de oficiales
pretendió mejorar aún más las condiciones de retiro por medio de una mayor movilidad en el escalafón. Estos oficiales
prepararon para estudio y aprobación, un proyecto que permitiera que algunos más de los previsibles, pudieran alcanzar
los empleos altos del escalafón, fundamentalmente, General de Brigada. La justificación que aducían era una mezcla
de comprensible amargura, desánimo, la intención de ofrecer un futuro mejor a los más jóvenes, y a la vez intentar
mejorar en lo posible las pensiones. Los oficiales que promovían la propuesta eran: el Teniente Coronel Andrés
SánchezOcaña
y Rowley, y los Comandantes Jaime Togores Balzola y Enrique Ardois Caraballo.
La propuesta era sencilla, aunque aparentemente fraudulenta. Creían los promotores que al no ser el movimiento
del escalafón lo suficientemente rápido, no podría causar extrañeza que se propusiera que, después de servir seis meses
en el empleo de General de Brigada, el titular pidiera el retiro para permitir el ascenso de otro Coronel. Por este procedimiento
entre 1933 y 1941 servirían en este empleo catorce generales, en vez de los tres que hubiera permitido el
movimiento natural del escalafón.
El 1 de marzo de 1933 el Comandante Enrique Ardois, remitió la propuesta, a la que denominaron «Proyecto de
Circular», al Coronel Díaz Montero, como se había hecho a todos los jefes. El coronel se encontraba entonces en situación
de disponible forzoso, después de haber entregado en Cartagena el mando del 3.er Regimiento, del que ya había
mandado sus Batallones 1.º y 2.º.
58 BOLETÍN DE LA INFANTERÍA DE MARINA
CARTAGENA. Compañía del 3.er Regimiento