LA CRISIS DEL CUERPO...
Las opiniones de esta correspondencia epistolar muestran que la mayor parte de los jóvenes oficiales no deseaban la
temprana marcha a la situación de reserva del coronel Díaz Montero, pues lo consideraban muy apto para liderar el
Cuerpo, debido a su prestigio y potencial futuro, y le transmitían el apoyo de otros Oficiales y Auxiliares. Las cartas dan
una idea de la calidad moral y espíritu militar que los animaba, y en ellas declaran no querer renunciar a seguir trabajando
con ilusión por el futuro del Cuerpo, y denuncian las presiones que recibían para firmar el convenio, que ellos
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rechazaban.
Estos datos permitirán afirmar al coronel Díaz Montero, en carta al general Moratinos, que no existía una opinión
mayoritaria en el Cuerpo para aceptar el «convenio», y que la propuesta no reflejaba el sentir de la corporación. La
razón de la carta es doble; la primera para informarle que ha recibido de forma más o menos directa la sugestión de que
no se retirara, y haber sido informado por los remitentes que no iban a firmar ningún acuerdo de retiros; y segundo,
que a falta de multitud de compromisos firmados que aceptaran el «convenio», y al no existir unanimidad en los deseos
de la corporación, consideraba anulada y sin valor alguno el compromiso que había firmado para su pase a la reserva.
El 11 de abril de 1935, una septicemia ahorró al coronel Díaz Montero ver el Cuerpo, al que tantos desvelos había
dedicado en vida, dividido en dos bandos combatientes en la Guerra Civil (cuadro N.º 4). También le ahorró el saber que
el coronel SánchezOcaña,
compañero de promoción, y uno de los ponentes del "Convenio Particular" había sido asesinado
junto con otros oficiales con quienes había servido recientemente en el 3.er Regimiento. Los esfuerzos por restablecer
el Cuerpo no fructificaron, incluyendo una esperanzadora propuesta parlamentaria, que se atascó en la Comisión de
Hacienda. Desgraciadamente, la solución llegó cuando tronó el cañón en 1936.
Hay que subrayar que el tesón y confianza en el futuro del Cuerpo, demostrado en aquellos años de crisis de 1931 a
1934 por un numeroso grupo de infantes de marina luchando por un objetivo común, contribuyeron a preparar el
terreno que permitiría la digna regeneración del Cuerpo. Sus esfuerzos y sacrificios no fueron en vano, ni tampoco el
ejemplo que dejaron a las actuales generaciones de infantes de marina.
GENERAL DE BRIGADA (Retirado) DE INFANTERÍA DE MARINA
JESÚS DÍAZ DEL RÍO ESPAÑOL