REPORTAJE CENTRAL
En 2018 el patio de armas Plaza de España ya acogía la
presencia de 600 ciudadanos que sellaron el juramento a
la bandera junto a la Familia Legionaria. Recordamos en
estas páginas parte de las palabras que nos regaló para
la revista, el subteniente Francisco J. Cañizares: «En
este día, los veteranos nos recuerdan que, quien diga
“amé y no sufrí”, o no amó o miente; que para convencer,
hay que empezar por estar convencido y que, sobre
todo, queda la amistad, a la que hay que cuidar como a
una flor».
Cinco de los supervivientes de Edchera (2018).
Un arduo camino de 44 años concluyó durante la celebración
del acto de 2020, año este en que se premió con el valor
acreditado a los legionarios de los reemplazos del 74 y del
75, distinguidos en los hechos de armas en operaciones del
Sáhara. El 26 de julio de 1976, el ministro del Ejército, había
sancionado la propuesta elevada por el Mando Unificado de
Canarias que, en el uso de las atribuciones que le confería la
normativa en vigor, había solicitado tales acreditaciones. Todo
un periplo la localización de los ya «añosos» legionarios, la
busca de la documentación que acreditaba las distinciones,
la solicitud al Mando de Personal (MAPER), de un diploma
personalizado nominalmente y con la gesta en que se hubiera
participado. Su aprobación y apuesta por el reconocimiento
no pudieron tener mejor telón de fondo que la parada militar
de aquel 18 de enero y con el visto bueno del GEJEME.
La emoción se reflejaba en los rostros de aquellos caballeros
legionarios que hacían realidad un sueño, recibiendo de
quienes habían sido su capitán y sus tenientes, el merecido
diploma que pronto lucirían en sus hogares como el más
preciado trofeo.
Antiguos caballeros legionarios de reemplazo recibiendo los
diplomas de sus gestas (2020).
Hermandades desfilando frente a la antigua tribuna de la
Plaza de España (2020).
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