PASADO, PRESENTE Y FUTURO
expuestos a sufrir abusos y humillaciones por parte de los
vencedores. Una lección que aprendieron los romanos por
las bravas cuando perdieron la batalla del río Alia contra los
galos y, tras ver saqueada Roma, tuvieron que pagar cierta
cantidad de oro en concepto de rescate por la liberación de
la ciudad. Fue entonces cuando los romanos descubrieron
que los galos trataban de engañarlos, pues éstos habían
trucado las pesas utilizadas en la balanza para pesar el oro
del rescate. Ante las protestas romanas, el jefe galo Breno
lanzó su espada sobre la balanza y exclamó vae victis (¡ay
de los vencidos!), demostrando que el vencedor siempre
impone su voluntad sobre el vencido. Sin embargo, Marco
Furio Camilo, elegido dictador por los romanos, no quiso
aceptar las condiciones impuestas por los galos y, tras decir
aquello de non auro sed ferro liberanda est patria (es con el
hierro, no con el oro, como se libera la patria), se enfrentó a
los galos con las armas, derrotándolos y liberando Roma. No
acabando ahí la cosa, tiempo después y bajo las órdenes de
Julio César, las legiones romanas se lo hicieron pagar bien
caro a los galos tras conquistar toda la Galia (bueno, toda
no, toda salvo una aldea poblada por irreductibles galos…).
Volviendo a la Segunda Guerra Mundial y en lo que respecta
a las expresiones y las obscenidades que empleaba Patton
con cierto tono humorístico en sus arengas (las cuales
fueron criticadas por algunos oficiales que las consideraban
demasiado vulgares e impropias para un general), debe
advertirse que las utilizaba a propósito para así llegar mejor a
sus soldados, y que éstos asimilasen y recordasen el mensaje
que les pretendía transmitir. Por supuesto, como resulta fácil
de imaginar, los soldados estaban encantados con el estilo
de Patton y parecían realmente disfrutar escuchándole.
Quien quiera hacerse una idea (y sin olvidar que en este
caso la realidad supera con creces a la ficción), puede
ver el discurso con el que comienza la película Patton. Un
auténtico clásico del género bélico, que obtuvo siete premios
Óscar en 1970, incluidos los de mejor película, director
(Franklin J. Schaffner), actor (George C. Scott interpretando
a Patton), guión (Francis F. Coppola) y dirección artística
(el español Gil Parrondo), y que tiene una magnífica banda
sonora compuesta por Jerry Goldsmith. Además, quien se
anime a ver el film podrá disfrutar reconociendo numerosas
localizaciones españolas donde fue rodada, como Almería
(capital y provincia) y las localidades segovianas de La
Granja de San Ildefonso y Valsaín, en todas las cuales se
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