Martínez-Izquierdo A., et al.
Anastomosis distal Anastomosis proximal
evolución clínica de las lesiones en la mayoría de los pacientes
es la recuperación completa, pero los casos que presentan una
parálisis completa menos del 40% recuperan la dorxiflexión del
tobillo8.
Las luxaciones con afectación multiligamentosa presentan
una mayor incidencia de complicaciones asociadas. Las lesiones
que afectan a ambos ligamentos cruzados y ligamento colateral,
tanto en luxaciones anteriores como posteriores, presentan una
elevada incidencia de lesión vascular debido a la inestabilidad de
la articulación9.
El diagnóstico de la complicación vascular no siempre es sen-cillo.
Muchas veces debido a la deformidad de la extremidad y al
edema asociado, no es posible la palpación de pulsos y la clínica
no es muy florida. La analgesia recibida para la reducción de la
luxación y la presencia de ramas arteriales geniculares proceden-tes
de la arteria descendente de la rodilla y de la tercera perfo-rante
de la arteria femoral profunda, mantienen un mínimo flujo
distal a la oclusión de la arteria poplítea que ocultan los clásicos
síntomas de isquemia aguda; dolor, palidez, parestesia, parálisis
y ausencia de pulsos.
Ante luxaciones de rodilla que presentan clínica de isquemia
o ausencia de pulsos pedio o tibial posterior previamente al trau-matismo
o tras reducción de la misma, se debe sospechar lesión
vascular asociada.
92 Sanid. mil. 2021; 77 (2)
El diagnóstico de confirmación se basa en estudios de ima-gen.
Algunos autores preconizan el uso sistemático de arterio-grafía
o angioTC en todos los casos de luxación de rodilla10.
En nuestro servicio de Angiología y Cirugía Vascular ante
casos que presenten clínica de isquemia o exploración vascular
anómala utilizamos de rutina la exploración ecográfica duplex
para realizar un screening vascular. Con ello logramos el diag-nóstico
y la valoración venosa para una posible intervención
quirúrgica de revascularización.
La necesidad de restaurar el flujo arterial se ha estimado en el
80% de los casos de luxación con afectación vascular. La demora
en la intervención mayor de las 8 horas conduce a la amputación
en más del 85% de los casos11.
La cirugía de revascularización requiere en la mayoría de los
casos la realización de by pass, puesto que la trombectomía sim-ple
resulta insuficiente dado el mecanismo de lesión12.
La utilización de vena safena interna (VSI) ipsilateral es lo
recomendado en estos procedimientos dada la resistencia a la
infección, su flexibilidad permitiendo la elongación con la fle-xión
y la vasodilatación comparado con los materiales sintéticos
de las prótesis vasculares; Politetrafluoruroetileno expandido
(PTFEe) o dacron.
No se debe utilizar la VSI si presenta signos ecográficos de
TVP o si presenta alteraciones varicosas.
Fig 3. Imagen quirúrgica del by pass