fuerzas armadas
El presente curso 2021-2022 será el último en el que los
futuros pilotos del Ejército del Aire vuelen los Mirlo
Al día siguiente, ambas aeronaves
realizaron sendos vuelos «de recepción»
de una hora de duración aproximada,
a modo de prueba general de aviónica,
de sistemas hidráulicos y eléctricos o
radioayudas, entre otras capacidades, pilotadas
sucesivamente por el comandante
Javier Barcala, destinado en el Centro
Logístico de Armamento y Experimentación
(CLAEX). Este organismo es el
encargado de testar el funcionamiento y
declarar aptos para volar los 24 Pilatus,
«primero en Suiza, donde se fabrican, y
después en España», explica el comandante
Barcala. Certificados ya por el
INTA en el país helvético antes de volar
hasta Murcia y tras el visto bueno en San
Javier del CLAEX, la DGAM transfirió
al Ejército del Aire a finales de esa semana,
el 17 de septiembre, los dos E-27, designación
militar española de los nuevos
entrenadores.
ENSEÑANZA INTEGRADA
Los PC-21 es la plataforma aérea del denominado
Sistema Integrado de Entrenamiento
(ITS, por sus siglas en inglés)
de Vuelo, que tiene asociado un segmento
terrestre, el GTBS —Ground Based
Training System— conformado por equipos
de aprendizaje de última generación
capaces de ofrecer entornos sintéticos y
virtuales casi reales. «Tanto, que permitirán
a los alumnos realizar vuelos sin
moverse del suelo prácticamente iguales
a los que ejecuten en el aire, a excepción
de las maniobras de toma y despegue»,
asegura el capitán González.
La plena implementación en conjunto
—segmento aéreo y terrestre— del nuevo
ITS, prevista para septiembre de 2024,
coincidiendo con el inicio de un nuevo
curso en la Academia, vendrá a satisfacer
«una necesidad que durante muchos
años ha perseguido el Ejército del Aire»,
destacaba el general de brigada Antonio
Machés, subdirector general de Programas
de la DGAM, tras descender de la
aeronave, sin poder disimular su satisfacción
por haber tenido el privilegio de
volar desde Stans —sede de la compañía
Pilatus— hasta San Javier en el asiento
trasero de uno de los dos primeros E-27
que tomaron en la Academia pilotados
por personal de la compañía suiza.
Momentos antes de su llegada, durante
la presentación del nuevo modelo de
enseñanza, el teniente coronel Ildefonso
Martínez-Pardo, jefe del Grupo de Fuerzas
Aéreas de la Academia, unidad en la
que se integrarán en apenas doce meses
de manera progresiva los Pilatus, ofrecía
las claves de este hito. Por una parte,
«reducir —decía—, el gap la diferencia
El capitán Delgado, instructor de vuelo de la Academia, y el general Machés, subdirector
general de programas de la DGAM, delante del Pilatus tras volar desde Stans.
tecnológico que ahora existe entre los entrenadores
y los sistemas de armas de última
generación actuales y futuros». Por
otra, «abaratar los costes de formación
de los pilotos gracias a la incorporación
de simuladores sintéticos —de entornos
virtuales— que acabarán reduciendo las
horas de vuelo del entrenamiento». Ahora
son 80 frente a las 20 de simulador.
El objetivo es variar esta proporción,
«situándola en 60/40 o, incluso, 50/50»,
avanzó. Y, por último, indicaba, «evitar
el elevado coste de sostener una flota ya
antigua, necesitada de repuestos cada vez
más caros y escasos». Todo ello, añadía el
teniente coronel Martínez-Pardo, «garantizando
la continuidad y calidad de
la enseñanza siendo aplicable por igual a
todas las especialidades fundamentales,
como son las de caza, transporte, helicópteros
y RPAS».
RETOS Y OBJETIVOS
En la actualidad, la preparación de los
futuros pilotos del Ejército del Aire se
divide en cuatro fases de formación:
elemental, básica, de especialización y
de conversión operativa. Las dos primeras
tienen lugar en la Academia a los
mandos, respectivamente, de los Pillán
y los C-101. Según la nota obtenida por
el alumno en estas dos fases de aprendizaje
y teniendo en cuenta su elección,
la tercera se desarrolla en las escuelas
de especialización, bien en la de reactores
de Talavera la Real (Badajoz), en las
de transporte o de RPAS en Matacán
(Salamanca) o en la de helicópteros de
Armilla (Granada). La última fase de
enseñanza, ya fuera de la Academia, con
el despacho de teniente, se imparte en la
unidad de destino, siguiendo los planes
de instrucción propios de adaptación a
sus correspondientes plataformas aéreas.
Octubre 2021 Revista Española de Defensa 45