combustible, comunicaciones submarinas
o cables eléctricos. «En función de
todo eso, decidimos si lo desactivamos
allí mismo o nos lo llevamos a otro sitio.
No siempre pueden, pero procuran no
detonarlo todo. Buscamos siempre minimizar
el daño al entorno marino», explica
el capitán de navío Cuartero.
Con las minas, en caso de conflicto, es
más complicado. «Si es en costa propia,
donde tenemos que abrir un puerto, lo
normal es que la retiremos a una zona segura
y la dejemos ahí. Si es en una playa
donde va a haber una operación anfibia,
tenemos que ser discretos así que es mejor
esperar a que se produzca el desembarco
para detonarla y entrar. Tratamos
de encontrar una vía que no esté minada
para que puedan entrar los barcos. Ya las
limpiaremos después», añade.
La colocación de minas en puntos
de paso estratégico puede llegar a bloquear
el comercio internacional. En este
supuesto, la participación de la Fuerza
de MCM es fundamental. «Hemos visto
recientemente como el buque Evergiven
cortó el canal de Suez y se resintió todo
el tráfico marítimo. Pero es que en el
estrecho de Gibraltar pasaría lo mismo
y en Sicilia también», explica el comandante
de la Fuerza.
DE CARA AL FUTURO
Para el responsable de la Fuerza de
MCM, esta unidad está «completa, es
fuerzas armadas
Los buques cazaminas Segura y Sella, atracados en el Arsenal Militar de Cartagena,
donde tienen su base. El primero se prepara para integrarse en la SNMCMG-2.
vamos a funcionar con sistemas autónomos
—robots, embarcaciones no
tripuladas, drones aéreos...—. Estamos
definiendo cómo será esa Armada en la
que convivirán seres humanos con máquinas,
lo que los ingleses llaman el human
machine teaming».
La Fuerza ya cuenta con algunos
robots y espera tener los primeros vehículos
autónomos submarinos en breve,
a finales de este año o principios del
siguiente. También ha probado un dron
de ala fija «para zonas como el mar Rojo,
donde hay minas artesanales a la deriva
que no discriminan y la única forma de
verlas es desde arriba», explica el capitán
de navío Cuartero. También han
probado varias lanchas autónomas.
«El futuro de la guerra de minas
será un buque-madre que operará lejos
del campo minado y de la costa, que
largará un conjunto de vehículos autónomos
para que trabajen en la zona
peligrosa», concluye. Pero la Fuerza
de MCM seguirá siendo la primera en
llegar y la última en marcharse porque
como dice su lema: «Cuando llega la
Flota nosotros ya estuvimos».
Elena Tarilonte
Fotos: Hélène Gicquel
equilibrada y funciona bien». Lo único
que necesita, en su opinión, son recursos
para sostenerla y modernizar lo que va
quedando obsoleto. Ya están pensando
qué pasará dentro de 15 años cuando
llegue el relevo de los cazaminas. «En
la Armada trabajamos para ver cómo
Dos buceadores, antes de meterse en el agua, comprueban que el equipo funciona
perfectamente ayudados por un instructor.
Octubre 2021 Revista Española de Defensa 53