de coordinación de las Fuerzas Armadas
para esta cooperación, solicitó el refuerzo
del Ejército de Tierra con personal, medios
y capacidades específicas. Fue el
día 9 cuando se constituyó el grupo táctico
Tierra formado por unidades de las Brigadas
Almogávares VI de Paracaidistas y
Guadarrama XII, el Mando de Artillería Antiaérea,
el de Transmisiones y las Fuerzas
Aeromóviles del Ejército de Tierra, junto a
efectivos del Mando de Ingenieros que se
trasladaron desde Salamanca, Burgos y
Zaragoza.
ORGANIZACIÓN DE LA EMERGENCIA
En Madrid, se establecieron prioridades a
la hora de luchar contra la nieve y el hielo.
«Lo esencial era rescatar a aquellas personas
que estaban dentro los vehículos
—señaló la ministra de Defensa en rueda
de prensa conjunta con los ministros de Interior
y de Transportes, Movilidad y Agenda
Urbana para dar cuenta de los medios
dispuestos por Defensa para paliar la
emergencia— y, posteriormente, dividir
la capital en seis sectores que corresponden
a los 23 hospitales más importantes».
Unos cometidos que fueron ampliándose
progresivamente para mejorar los
accesos y vías estratégicas de los barrios
de Madrid y numerosas localidades de
la comunidad. Los grupos tácticos Oso y
Tierra facilitaron la entrada a los centros
sanitarios y farmacéuticos, limpiaron las
pistas del aeropuerto, que recobró progresivamente
su actividad, los accesos
de Mercamadrid, para garantizar el suministro
de alimentos, las estaciones de ferrocarril,
establecimientos penitenciarios e
instalaciones de la administración general,
autonómica y local. En una tercera fase, el
esfuerzo se centraría en la apertura de los
colegios y ensanche de vías para permitir
la circulación y facilitar el acceso a pasos
peatonales y comercios.
De especial importancia fue el trabajo
de las ambulancias y equipos sanitarios
del Ejército trasladando a los hospitales a
personas que necesitaban atención médica
urgente, y a pacientes que debían
recibir tratamiento de diálisis, a enfermos
entre diferentes centros hospitalarios y a
ciudadanos restablecidos de COVID-19
hasta sus domicilios.
Fueron más de 500 desplazamientos
y 300 urgencias vitales las que realizaron
los 82 sanitarios de la Brigada de Sanidad
del Ejército con doce vehículos, entre
ambulancias de soporte vital básico
>CABOS RAQUEL ENCINAS Y ANA PRIMO / AGRUSAN 1
«Nuestros vehículos
han resultado esenciales»
LA cabo Encinas estaba de vacaciones cuando llegó Filomena.
Pero no dudó ni un momento en ponerse manos a la obra para
colaborar con el SUMMA 112 en el traslado de enfermos a los
hospitales en ambulancias de la Agrupación de Sanidad nº 1. Tampoco
se lo pensó la cabo Primo. Salió de su casa y una semana después
aún no había vuelto. «Esta experiencia no me la podía perder». Ella
también ha trabajado mano a mano con el SUMMA llevando en vehículos
Aníbal a las personas que necesitaban diálisis. «Las calles estaban
intransitables —recuerda Encinas—. O ibas con nuestros vehículos, o
no pasabas. De hecho, hasta que no llegamos nosotros, el SUMMA no
había podido hacer ningún servicio». «Primero fue el COVID y ahora
esto. Llevamos un año a tope —puntualiza Primo— pero estamos encantados
de que se vea que los militares estamos ahí, que somos los
primeros cuando hay una emergencia».
Encinas se ha encontrado con patologías de todo tipo. «La mayoría
tenía dolor torácico; eran personas mayores, entre 60 y 85 años». A
otro paciente, de 48 años con dos stent y que presentaba arritmias, lo
llevaron casi en volandas hasta la ambulancia. «Los compañeros del
SUMMA lo pasaron por encima de la nieve sentado en una silla mientras
yo acercaba todo lo posible la ambulancia al portal».
Ambas destacan lo agradecidos que estaban los enfermos, aunque
algunos se sorprendían cuando las veían de uniforme. «Todo ha
salido muy bien. Ha sido una prueba para nosotros y para nuestros
vehículos que han resultado esenciales», concluye la cabo Primo.
La UME y el Ejército de Tierra se
desplegaron en Madrid, Castilla-La
Mancha y Aragón
Ppe Díaz
Febrero 2021 Revista Española de Defensa 11