EL BUCEO CONTRA MINAS
EN UN MUNDO ROBOTIZADO
Salvador Marco RUIZ MOLINA
lo largo de su historia, el buceo en la guerra de
minas, como en cualquier otro campo de activi-dad,
ha ido evolucionando a la par de los avances
tecnológicos existentes. Un área que se ha trans-formado
de forma exponencial en las dos últimas
décadas ha sido la robótica, el desarrollo de vehí-culos
submarinos autónomos u operados a
distancia ha supuesto una revolución en el
concepto de guerra de minas. Es tal el avance en
este campo que se podría comparar con el
progreso en la automoción, como si la robótica
en dos décadas hubiera supuesto pasar de un
carruaje tirado por caballos hasta llegar casi a la
tecnología de un fórmula 1.
Ante tan rápido recorrido, se vislumbra un
futuro en el que las máquinas ganarán protago-nismo
al componente humano. De aquí podrían surgir en paralelo ciertas
incógnitas aplicadas al ámbito de la guerra de minas, tales como: ¿podría un
robot realizar las misiones de un buceador ante una mina o artefacto explosi-vo?,
o yendo más lejos, ¿hasta qué punto será prescindible el componente
humano en el buceo de caza de minas?
Orígenes de la UBMCM
La necesidad del buceo contra minas aparece con la llegada de los draga-minas
clase Guadalete en los años 70 (1), pues era necesario disponer de la
capacidad de identificar y neutralizar los artefactos detectados, ya que el
(1) Entre los años 1971 y 1972, la Armada recibió de la Marina de los Estados Unidos
cuatro buques de la clase Agile/Aggressive (construidos entre 1953 y 1956).
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