Una patrulla apoya a la Guardia Civil en el control de fronteras
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de la generación de capacidades y
medios sanitarios y como elemento
de asesoramiento del Jefe de Estado
Mayor de la Defensa y Mando de Operaciones
en su ámbito.
El Ejército de Tierra, por su parte, designó
al general jefe del Mando de
Canarias, comandante del Mando de
Presencia y Vigilancia Terrestre en la
estructura de mandos permanentes
de las Fuerzas Armadas, como jefe
del Mando Componente Terrestre,
que se desplazó a Madrid para dirigir
la operación desde un Estado Mayor
diseñado ad hoc en la sede del cuartel
general del Ejército.
No cabe duda de que ha sido la primera
vez que se organiza una operación
militar de esta envergadura en territorio
nacional. En nuestra historia reciente
estábamos acostumbrados a
desarrollar misiones de apoyo a autoridades
civiles, ya fuera de forma directa
o reforzando las capacidades de
la Unidad Militar de Emergencias. Lo
que también es cierto, es que la experiencia
en más de 30 años planeando
y proyectando contingentes al exterior
ha sido determinante para que
los procedimientos y la capacitación
de nuestros profesionales fuera clave
para el éxito en el planeamiento y ejecución
de la operación.
En cualquier caso, ha sido una operación
atípica en la que los plazos y procedimientos
doctrinales han tenido
que reducirse ante la urgencia de implementar
medidas que permitieran
luchar contra el virus con rapidez. De
este modo, el despliegue de las unidades
del Ejército tuvo lugar incluso
antes de que la Directiva Inicial Militar
del Jefe de Estado Mayor del Defensa
(JEMAD) y el Plan de Operaciones
(OPLAN) de la operación Balmis
del Mando de Operaciones estuvieran
disponibles en el Cuartel General
del Mando Componente Terrestre
(CG MCT), el día 17 de marzo.
Tras la publicación del real decreto del
estado de alarma se sucedieron unos
días de actividad trepidante, ya que el
Cuartel General del Mando Componente
Terrestre tuvo que simultanear
la conducción de la operación, que ya
desplegaba patrullas de presencia en
infraestructuras críticas del estado
junto con acciones de desinfección,
con el desarrollo de la orden de operaciones,
que no estuvo completada,
en cuanto al cuerpo y anexos principales,
hasta el 21 de marzo, una semana
después del inicio del estado de
alarma, momento en el que ya teníamos
sobre el terreno a 1600 militares.
El Ejército de Tierra dimensionó su
aportación a la operación basándose
en las misiones previstas inicialmente,
pero puso a disposición del Mando
Componente Terrestre el resto de capacidades
con un alto grado de disponibilidad,
caso de ser necesario. Porque
en esta operación, aparte de los
cometidos de seguridad relacionados
con la presencia y apoyo a FCSE, gran
parte de las misiones se han realizado
a demanda, es decir, las autoridades
civiles realizaban peticiones y, una vez
validadas por el Ministerio de Defensa,
el Mando de Operaciones las asignaba
a un mando componente, según
capacidades.