informáticas que ha posibilitado que
un elevado número de miembros de
las Fuerzas Armadas hayan podido
prestar sus servicios desde casa, sin
exponerse a contagios ni contagiar a
compañeros.
En concreto, esta funcionalidad ha
dado acceso a múltiples aplicaciones
que corren por la WAN PG desde
casa, como pueden ser: correo
Outlook particular, SIMENDEF, BOD,
Portal Personal, Sistema Integrado
de Gestión Logística del Ejército
(SIGLE), Sistema de Información de
Personal (SIPERDEF) y, lo más novedoso,
el control del propio escritorio
del puesto de trabajo, que bien empleado
y atendiendo a la naturaleza
de cada puesto, han minimizado el
impacto de la ausencia física del personal.
Hay que añadir que, además, se ha
contado con otra herramienta fundamental
del teletrabajo como es la videoconferencia,
mediante la aplicación
Skype Empresarial, que permite
enlazar con voz, imágenes e incluso
intercambio de presentaciones y documentación
de los corresponsales
que hayan sido invitados. Incluso se
ha podido participar desde terminales
telefónicos particulares de forma muy
sencilla y eficaz.
Si analizásemos si solo con teletrabajo
habría sido posible conducir la
operación Balmis desde el puesto de
mando (PC) del MCT, evidentemente
hay que decir que no, pero un no que,
lejos de ser absoluto, merece ser analizado
como lección identificada que
pudiera ser tenida en consideración
en el diseño de futuros puestos de
mando en operaciones de estas características
tan singulares, en lo que
se refiere al distanciamiento obligatorio
laboral, procedimientos de trabajo
y medidas de higiene personales y de
instalaciones.
Si estableciésemos tres núcleos diferenciados
en el PC MCT, mando con
su equipo de apoyo al mando, área de
operaciones y área de planes, solo dos
de ellos, el núcleo de mando y el de
planes podrían haber desarrollado su
trabajo empleando el teletrabajo, claro
está, con la necesidad física de la
presencia del jefe o su JEM (o suplente)
para dirigir el impulso y conducir
situaciones sobrevenidas imprevistas.
El resto del equipo de mando y
el equipo de planes, con un adecuado
ritmo de batalla, una disciplina
minuciosa de trabajo, videoconferencias
o audioconferencias y con reuniones
físicas puntuales podrían haber
llevado a buen término su misión
teletrabajando.
Un análisis aparte se merece el núcleo
de operaciones, en el que para
poder teletrabajar se debería constituir
un potente equipo presencial de
registro/watch keeper, que registra,
organiza y distribuye la documentación
que vaya llegando por los diferentes
canales, mucho más compleja
de gestionar en el caso de la clasificada,
y que requeriría un análisis más
exhaustivo.
Junto al anterior, también debería estar
un potente equipo Punto de contacto
CIS (CISPOC) que resolviese
las incidencias técnicas del núcleo de
operaciones y de los otros dos grupos
que estarían teletrabajando. Además,
se encargaría de establecer todas las
videoconferencias o audioconferencias
del ritmo de batalla, así como las
sobrevenidas.
El resto del núcleo estaría conformado
por el personal que conduce la
maniobra en directo de las áreas G1/
G2/G3/G4/G9 que, por su inmediata
68 / Revista Ejército n.º 953 • septiembre 2020
Visor de posicionamiento UME