El valor de La Legión
en la práctica
deportiva
Enrique Tovar Bobo
Coronel de Infantería reserva
Para La Legión siempre ha sido una constante la
preparación física del legionario. Desde sus comienzos,
esta ha sido enfocada tanto de un modo
individual como colectivo, con el fin de facilitar la mejor
y más eficaz preparación para el combate.
Ya en la campaña de Marruecos se dio un vuelco a las
operaciones que tradicionalmente se venían desarrollando
con la irrupción de La Legión y sus tácticas, basadas,
casi siempre, en la velocidad de maniobra y en
rápidos despliegues que, al igual que ocurriera antaño
con las legiones romanas, sorprendían al enemigo por
los plazos tan cortos de tiempo en que se ejecutaban
los ataques, casi la mitad del que empleaban el resto de
las unidades. Esta rapidez en la maniobrabilidad estaba
fundamentada, ni más ni menos, en la marcha forzada
a pie por los difíciles caminos y senderos del Rif, que
rompía los cálculos de los tiempos normales necesarios
para los despliegues y sorprendía a los harqueños
en multitud de ocasiones.
Esta clave del éxito, la diferenciadora rapidez de sus maniobras
y la significativa disminución de plazos de tiempo
en las marchas de aproximación para crear sorpresa
en los ataques, se asentaba en una excelente forma física
de todos sus componentes, forjados con el cultivo
del Credo Legionario, nervio y médula de La Legión,
desde los inicios de su creación.
Y es que los valores de La Legión, determinados en su
credo, son de absoluta y máxima aplicación en el ámbito
deportivo, especialmente en lo que se refiere al sufrimiento,
la dureza, la marcha, el cansancio, a ser el
cuerpo más veloz y resistente, a no quejarse de fatiga
ni de dolor…
De este modo, La Legión siempre ha considerado la
práctica deportiva una virtud y ha fomentado desde su
fundación, y especialmente, aquellos deportes con una
32 Revista Ejército 951 Extra Junio 2020