LA TERCERA OLA
INTEGRADORA, 2002.
VUELVEN LOS
EXTRANJEROS
Será poco después, en el año 1986, tras la Ley del Servicio
Militar 19/1984, cuando se terminen de forma sorpresiva
los 66 años de reclutamiento de extranjeros en
La Legión. Este hecho supuso que solo los españoles
pudieran ser reclutados, quedando prácticamente limitado
el acceso a aquellos que habían de realizar el servicio
militar en La Legión o para quienes querían mantener
una relación de servicios de carácter profesional no
permanente, los denominados militares de empleo de
la categoría de tropa y marinería establecidos por la Ley
17/89. No sería hasta la Ley posterior 17/99 cuando se
vertebra el Ejército profesional y vuelven a llegar profesionales
a La Legión, si bien todos ellos de nacionalidad
española. Acontecerá en 2002 con el Real Decreto
1244 que se vuelve a permitir el ingreso de extranjeros
en las Fuerzas Armadas, aunque se limita solo a cuatro
unidades piloto, siendo una de ellas La Legión, como no
podía ser de otro modo. Así las cosas, La Legión volvía
a acoger en sus filas a hispanoamericanos y ecuatoguineanos
entre los 18 y 28 años, por un período mínimo
de tres años. Y como ya había sucedido en el período
fundacional y en los muchos años de historia de los extranjeros
vestidos de verde sarga, fueron acogidos en
el seno de las filas legionarias con la misma hospitalidad
de siempre. Nuevamente el Credo Legionario se
revela fundamental como herramienta de integración
de muchos extranjeros que llegaron durante el nuevo
milenio, en la década de los 2000, en la que las unidades
legionarias incorporaron a la tupida red de lazos y
vínculos fraternales de sus miembros a quienes fueron
arribando.
Así, en estos primeros cien años de vida del Tercio de Extranjeros,
posteriormente La Legión Española, se sigue
manteniendo el mismo marchamo y espíritu insuflado
por su fundador, en la idea de que es precisamente en
las diferencias de sus miembros, y no tanto en sus similitudes,
donde radicará su fuerza y valor. Es por ello que
desde un primer momento se hizo especial énfasis en
acoger e integrar a cuantos acudían a sus filas, sin importar
el color de la piel, el idioma, la religión o las ideas
políticas, como garante de que en la aleación del metal
siempre resultará una estructura mucho más resistente.
Es por eso que en La Legión la integración nunca es
una opción, es simplemente la garantía de su supervivencia.
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Revista Ejército 951 Extra Junio 2020 53