SEGUNDA OLA
INTEGRADORA, 1999.
SE INCORPORA LA MUJER
No será hasta 1990 cuando acceda la primera mujer
oficial a La Legión, más concretamente la teniente médico
Pilar Hernández Frutos, en el Tercio Juan de Austria.
Esta circunstancia se verá ampliada con el Reglamento
de Tropa y Marinería, que regulaba el ingreso de
la tropa profesional, incluyendo las mujeres en los ejércitos,
si bien estas últimas no podían optar a los destinos
de tipo táctico u operativo como La Legión. Sin
embargo, en 1999, la Ley de Régimen del Personal de
las Fuerzas Armadas suprime definitivamente estas limitaciones,
siendo el momento en el que la mujer accede
como dama legionaria.
Así, la mujer se incorporará a las filas legionarias portando
su gorrillo y vistiendo el verde sarga con un ímpetu e
ilusión que pocos hubieran imaginado años antes. Y ese
brío y empuje enriqueció todas y cada una de las unidades
de La Legión, desde los tercios de infantería del norte
de África y peninsulares hasta las nuevas unidades de
artillería, ingenieros o logística creadas al amparo de la
creación de la Brigada de La Legión con sede en Almería
y Ronda. Y esa integración femenina, cuyo fundador ni
por asomo pudo haber vislumbrado, no fue más que el
reflejo de la evolución que en pasadas décadas había experimentado
nuestro país, donde ya no quedaban espacios
excluidos para la mitad de la población.
Y como no podía ser diferente a lo sucedido 70 años antes
con aquellos hombres venidos de todas las partes del
mundo con mochilas y bagajes llenos de sueños, en la
aventura e ilusión en formar parte de un cuerpo de élite,
pasó lo mismo con las mujeres. Arracimadas alrededor
del credo, fueron acogidas por quienes con muchos años
en La Legión supieron reconocer el valor añadido del otro
sexo en la aportación de tantas cualidades, caracteres y
procederes hasta entonces perdidos y/o excluidos. Así,
el rostro femenino empezó a aparecer en el día a día de
La Legión: los Sábados Legionarios, las charangas del
20 de septiembre, los villancicos y lo belenes de Navidad
ya no serían lo mismo sin la presencia femenina. Igualmente
acontecerá con las marchas, los temas tácticos o
las operaciones en el exterior, donde la mujer se hizo sitio
en igualdad de penosidad y sacrificio legionario.
De este modo, tras tres décadas en filas, las mujeres,
las damas legionarias, se incorporaron a La Legión en
igualdad de condiciones con cualquier otro legionario,
procediéndose a una total integración en ese crisol que
constituyen las unidades legionarias con el «fusionador
» perfecto que representa el credo.
52 Revista Ejército 951 Extra Junio 2020