Cariño y admiración cada Martes Santo, en nuestra
plaza de África, y cariño y admiración que nos hace vibrar
cada Sábado Legionario en nuestra “posición A”,
en García-Aldave.
No se entendería España sin nuestro Ejército ni Ceuta
sin La Legión. Por eso, en nombre de todos los ceutíes:
¡viva España, viva Ceuta, viva nuestro Ejército y viva
La Legión!».
El 17 de junio de 1993 el ayuntamiento de Ceuta, en
prueba de reconocimiento por todos los servicios prestados,
concedió la Medalla de Plata de la ciudad al Tercio
Duque de Alba Segundo de La Legión y, unos años
más tarde, el 2 de septiembre de 2005, la Medalla de la
Autonomía ceutí a La Legión Española.
LA LEGIÓN EN MELILLA
Melilla fue la segunda gran ciudad de acogida de La
Legión. Transcurría el verano de 1921 cuando su situación
era dramática, los rebeldes rifeños se encontraban
a las puertas de la misma amenazando con tomarla por
las armas, cuando La Legión fue llamada en su socorro.
Tras una larga marcha a pie de 100 kilómetros en
33 horas, los legionarios llegaron a Tetuán y desde allí
en tren hasta Ceuta, donde embarcaron rumbo a Melilla,
a la que llegaron para salvarla y de la que ya nunca
se separaron. Noventa y nueve años de convivencia
con el agradecimiento de los melillenses que queda de
manifiesto en las palabras del que fuera su alcalde presidente
durante casi 20 años, y hoy senador, Juan José
Imbroda Ortiz:
«El 24 de julio de 1921 Melilla era una ciudad abierta
al enemigo, sin posibilidades de hacerle frente, con
temor generalizado en la población que esperaba angustiada
un fatal desenlace. Habían pasado dos días
del Desastre de Annual. Aquella mañana, cientos de
melillenses que habían contemplado en la noche anterior
las hogueras en el monte Gurugú que, a modo
de amenaza inmediata, prendieron las avanzadillas
de Abdelkrim, esperaban ansiosamente en el puerto
el socorro que solo podía llegar por el mar; entre
aquellos estaban mis abuelos. Llegó el socorro y vinieron
más tropas, sí, pero cuando llegó el Tercio de
Extranjeros, La Legión Española, con sus arengas,
su valor, su música, su decisión y su marcha al frente
desfilando, insufló el ánimo y la confianza en todos
los melillenses. Ahí es cuando empezó la especial relación
de cariño y respeto entre Melilla y La Legión,
que se tradujo a lo largo de estos años en una fructífera
colaboración de toda índole. Hoy día, hablar de
La Legión es hablar de Melilla; no se concibe Melilla
sin La Legión.
Melilla. Día de las Fuerzas Armadas
92 Revista Ejército 951 Extra Junio 2020