La bandera española ha permanecido izada en la base Gabriel de Castilla entre el 24 de enero y el 24 de febrero. Militares y científicos han un estudio sobre la biología antártica, uno de los proyectos de campañas anteriores a los que se ha dado fuerzas armadas
LA CAMPAÑA
más reducida
Nueve militares del Ejército de Tierra han apoyado
durante un mes las investigaciones científicas españolas
UNA nueva Campaña Antártica
Española, ya la
XXXIV, ha terminado. En
ella ha colaborado, un año
más, el Ejército de Tierra, que desde su
base Gabriel de Castilla, en la isla Decepción,
ha dado apoyo logístico y seguridad
al trabajo de los científicos a los que
acompañaban.
La operación en activo más antigua de
nuestras Fuerzas Armadas ha salido adelante
pese a la pandemia, aunque irremediablemente
ha estado marcada por
ella. Así, la participación del Ejército de
en la Antártida
Tierra se ha reducido a nueve militares,
frente a los trece de 2020, y su duración a
un mes, un tercio de lo habitual. Además,
esta vez ha faltado, tras 25 campañas en
el Polo Sur, el Buque de Investigación
Oceanográfica Hespérides de la Armada,
que sufrió un brote de coronavirus
cuando navegaba hacia la Antártida, en
el cual resultaron afectados 39 de sus 58
tripulantes. El buque fue desviado a Las
Palmas, donde toda la dotación estuvo
en cuarentena y bajo supervisión médica.
Desde allí, una vez que el Ministerio
de Ciencia e Innovación cancelara su
intervención en la campaña, el Hespérides
regresó a su base de Cartagena. Uno de
los afectados, el sargento primero Francisco
Rodríguez Sánchez, falleció el 27
de febrero en el hospital de Gran Canaria
Doctor Negrín.
El proyecto oceanográfico que se iba
a desarrollar a bordo del Hespérides no
se pudo llevar a cabo. Del mismo modo,
la mayoría de los proyectos de investigación
planificados este año por España
en la Antártida tuvieron que ser reprogramados
en cuanto a la extensión y el
número de participantes.
22 Revista Española de Defensa Marzo 2021