Delgado J.A.
Estos cuatro considerandos expresan el sistema dinámico de
una población normal, donde cada uno de estos cuatro elementos
se puede expresar de ilimitadas formas e intensidades y se
expresa en lo que los informativos nos muestran diariamente en
las noticias.
5. En los sistemas sociales actuales, en los últimos veinte
años ha emergido con muchísima intensidad el «ciberespacio»,
espacio virtual vehiculado por Internet, por donde casi algo más
que la información se desplaza a la velocidad de la luz de un
extremo a otro del Planeta y llega a cientos o miles de millones
de personas.
Modelo mental de la segunda iteración
Entramos ahora en el suceso epidémico, que sucede por
la introducción de un sujeto parásito, bien sea un gusano, un
hongo, protozoo, bacteria, virus o un prion, en la comunidad.
Todas las especies tienen un conjunto de factores que determinan
su crecimiento y su disminución en número. Se reproducen
en una proporción tan grande que su número aumentaría
considerablemente si solo murieran por accidente o vejez. Y el
tiempo de duplicación en número, por esa tasa de crecimiento es
mucho mayor que el que le correspondería por dicha tasa. Y los
dos factores limitantes de ese crecimiento es 1) la disponibilidad
de alimento y 2) la actividad de sus depredadores17.
Cada especie tiene dos tipos de depredadores, los que son
capaces de capturarla y devorarla como alimento (predadores) y
los que son capaces de invadirla por dentro (los parásitos). También
los hay a medio camino, como los insectos o los vampiros.
La finalidad de ambos (de los tres) es la misma, obtener alimento
y capacidad reproductiva, es decir, la supervivencia. Es
decir, la actividad central de un ser vivo es obtener alimento y
evitar ser devorado.
Los animales mayores que están en la cúspide de la cadena
alimenticia y, no tienen pues competidores ni depredadores, son
sin embargo atacados y en su caso muertos por los que están en
el escalón microscópico de la cadena, por los microorganismos.
El tigre es el rey de la jungla, pero muere por, las lombrices que
le acribillan los pulmones.
10 Sanid. mil. 2021; 77 (1)
Es decir, la enfermedad infecciosa es un acontecimiento rigurosamente
normal en la biología. Y lo que sucede, cuando esa
enfermedad infecciosa es además, transmisible, es decir, contagiosa,
es que, en la dinámica poblacional que hemos visto en la
primera iteración, se introduce una segunda entre las entradas y
las salidas, que convierte a la variable «población», en dos grupos,
los «susceptibles» o personas sanas de la enfermedad y en «infectados
», personas capaces de transmitirla. Más un tercer grupo que
son los «recuperados», personas que han sufrido la enfermedad,
no han muerto y vuelven a recuperar la salud pero con sus defensas
capaces de rechazar una nueva infección por el mismo agente.
En esta situación, como sabemos, todo se altera, la actividad
económica decae de forma brusca y repentina, las relaciones
sociales se tensan, surge el miedo, la información fluye de
una forma descontrolada y muy distorsionada y, por supuesto,
el sistema sanitario se resiente por el incremento de casos y de
ingresos en los hospitales.
Es en este escenario básico, donde William Kermack y
A. Gray McKendrick, desarrollaron su conocido modelo de epidemias
SIR, SEIR, al que me he referido en la introducción.
Modelo mental de la tercera iteración
Si la segunda iteración representa la dinámica de la epidemia
de modo inercial, es decir, sin respuesta sanitaria ni social
activa, salvo la de atender a los enfermos de su dolencia física, en
esta tercera iteración, introducimos la respuesta sanitaria, social
y política al problema, con la imposición de medidas preventivas
de contención y mitigación, con restricciones a la movilidad,
la imposición de elementos protectores, medidas de higiene,
que todos ya conocemos. Además se incluyen aquí la asistencia
segregada del resto de pacientes, a los pacientes contagiosos,
como medio de protección al resto de ellos, que estando enfermos,
no están infectados.
Veremos en este tercer escenario, cómo la respuesta sanitaria,
lejos de suponer un alivio del problema, puede agravarlo si esta
no se adopta con la debida determinación y rigor.
Las curvas epidémicas son regresiones logísticas que llegado
a un límite, más allá del cual la epidemia no puede crecer por
agotamiento de los susceptibles, con la respuesta sanitaria y,
sobre todo, con las dudas políticas en su aplicación, generan las
denominadas olas de contagio, dado que, la respuesta sanitaria,
Figura 4.
Figura 5.