El patrón de lesión y su relación con el índice de gravedad en la baja de combate
Sanid. mil. 2021; 77 (1) 23
combate con lesiones torácicas procedentes de OIF y OEF entre
los años 2002 y 2008, presentaron una mortalidad del 12,1% y
una puntuación media del ISS de 14,953. En otro estudio, desde
enero de 2003 hasta mayo de 2011, se registraron 23.797 bajas de
combate estadounidenses procedentes de OEF y OIF, 2.048
de las cuales sufrieron alguna lesión torácica, lo que supone
una prevalencia del 8,6%, con una puntuación media del ISS de
22,6. Un 35,5% de las bajas con lesiones torácicas presentaron
una puntuación del ISS menor de 16, entre 16 y 24 en el 27%
de las bajas, y superior a 25 en el 37.5%54. En nuestro trabajo,
201 (22,01%) bajas presentaron lesiones de combate en la región
del tórax/dorso. Al igual que en las bajas con lesiones abdominales,
la distribución de las puntuaciones del mISS fue estadísticamente
significativa entre los sujetos que sufrieron lesiones en el
tórax/dorso y los que no las sufrieron. Y más de un tercio de las
bajas con lesiones torácicas fueron categorizadas con un nivel de
gravedad crítico (puntuaciones 25-75).
En cuanto a las lesiones torácicas no penetrantes en la baja
de combate, la lesión de estructuras mediastínicas se ha considerado
como un factor fuertemente relacionado con la mortalidad,
pudiendo llegar a considerar estas lesiones como potencialmente
letales55.
Las hemorragias en el tronco y en las zonas de unión de las
extremidades con el tronco han sido una de las causas de muerte
más frecuente en bajas de combate con lesiones potencialmente
no letales56–59. Varios autores sugieren que la baja incidencia
de lesiones torácicas durante OEF y OIF pudiera deberse a un
uso extendido entre los combatientes de chalecos de protección
balística, a sus mejoras en la cobertura de su área de superficie
y a la mejora de la capacidad de la armadura para desviar los
proyectiles de alta velocidad8,60. Otros autores además sugieren
que el uso de los chalecos de protección balística ha contribuido
a disminuir la incidencia de lesiones abdominales24,61,62. Se considera
que las mejoras tecnológicas en los chalecos de protección
balística han contribuido al aumento observado en la supervivencia
de las bajas de combate desde Vietnam. Los chalecos
antifragmentos comenzaron a tener un uso generalizado durante
la Operación «Desert Storm» («Tormenta del Desierto»), y su
uso se ha ido extendiendo progresivamente durante los conflictos
recientes. En Vietnam, la tasa de lesiones torácicas fue del
13%, mientras que en OEF y OIF, esta tasa disminuyó a un 5%8.
Asimismo,
en un análisis de 4.700 bajas de combate se observó
que la tasa de lesiones torácicas fue del 18% en aquellos individuos
que no llevaban chalecos de protección balística, y menor al
5% en aquellos que si usaron esta medida de protección pasiva60.
Lakstein et al. han estudiado el patrón de lesión en 96
bajas del ejército israelí durante la intifada de Al-Aqsa. Entre
las bajas que fueron categorizadas como ISS menor (puntuación
1-8) la mayoría de las heridas de guerra afectaron a las extremidades
(56,3%), cabeza, cuello y cara (33,3%) y tronco (14,6%);
entre las categorizada como ISS moderado (puntuación 9-15) un
treinta por ciento de las bajas presentaron lesiones en la cabeza,
el cuello y la cara, y un veinte por ciento sufrieron heridas en el
tronco. Curiosamente, todas las bajas clasificadas con un nivel
de gravedad moderado resultaron heridas en una sola región
corporal. Cinco bajas presentaron una puntuación ISS superior
a 15, tres (60%) sufrieron heridas de por arma de fuego en el
tronco y dos (40%) sufrieron quemaduras extensas y heridas en
el tronco y las extremidades como resultado de una explosión63.
En nuestra serie, la distribución de los niveles de gravedad del
mISS en función del patrón lesional mostró que las heridas de
guerra en los miembros inferiores fueron la lesión predominante
en todos los grupos. Es decir, en las bajas de combate atendidas
en el Role 2 español de Herat la lesión de los miembros inferiores
fue el patrón de lesión más frecuentemente encontrado independientemente
del nivel de gravedad en el que fueron clasificadas.
Por último, en los últimos años algunos autores han tratado
de evaluar que factores influyen en la puntuación del ISS. En
un estudio en el que se analizaron 153 bajas militares tailandesas
encontraron que los factores que influyeron en el ISS con
una diferencia estadísticamente significativa fueron la edad, la
lesión abdominal, la lesión de cabeza y cuello, y la lesión torácica64.
Por otra parte, otros autores han tratado de estudiar los
índices de gravedad como predictores de infección en lesiones de
combate. En el estudio de Penn-Barwell et al. utilizaron el New
Injury Severity Score (NISS)65, cuyo cálculo se realiza mediante
la suma del cuadrado de las tres lesiones con puntuación más
alta independientemente de la región anatómica afectada, para
categorizar a 89 bajas de combates con fracturas abiertas de tibia
que habían sido tratadas en el Role 4 británico en un periodo de
diez años, y al igual que otros autores66, descubrieron que la gravedad
de la lesión no estaba asociada con el riesgo de infección67.
CONCLUSIONES
El patrón de lesión en las bajas de combate atendidas en el
Role 2 español de Herat, tanto en heridos por arma fuego como
por explosivos, se caracterizó por la predominante afectación
de las extremidades, principalmente de los miembros inferiores.
La distribución anatómica de las heridas de guerra encontrada
en los pacientes de nuestro estudio se asemeja a los resultados
publicados en otras series que han analizado el patrón de lesión
en bajas de combate procedentes de los conflictos de Irak y
Afganistán.
Por otra parte, los resultados de este trabajo sugieren que
las heridas de guerra que afectan al tórax/dorso o al abdomen
podrían considerarse como un factor predictor del aumento de
la gravedad la baja de combate. Además, hemos podido constatar
la existencia una relación directa entre la gravedad y el
número de áreas anatómicas afectadas en este tipo de paciente.
No obstante, y a pesar de la alta prevalencia de lesiones en
múltiples regiones corporales, hasta la fecha ningún estudio ha
evaluado el significado de las distintas combinaciones específicas
de regiones anatómicas lesionadas en la baja de combate. Son
necesarios más trabajos en esta línea para permitirnos una mejor
comprensión de la relación existente entre el patrón de lesión y la
gravedad en la baja de combate.
BIBLIOGRAFÍA
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definitions. 2019.
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