El Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla, entre la nostalgia y la esperanza...
Sanid. mil. 2021; 77 (1) 49
Martín de Valdeiglesias y un tranvía eléctrico (no de mulas)
del que ya he hablado, que llegó el mes de agosto de 1898.
En 1895 estalló la revolución en Cuba, como consecuencia
de estos hechos, el Ejército Español, junto a páginas de
gloria, sufrió muchas pérdidas humanas, los Hospitales de
Cuba y Filipinas se llenaron de soldados afectados más por
enfermedad que por heridas de guerra. Sólo en Cuba hubo
58.000 fallecidos por enfermedad y 16.000 fueron evacuados,
como inválidos totales. Por todo ello se comprende la necesidad
de acelerar las obras del Hospital Militar de Carabanchel.
En 1896 llegaban los primeros pacientes de ultramar,
muchos de ellos enfermos de paludismo, fiebre amarilla, disentería.
El Hospital ya podía recibir enfermos, pero no se terminó
hasta 1903.
1898 fue el año del desastre que marcó una generación.
Fue enorme la repatriación de enfermos en buques hospitales,
que fueron recibidos, no sólo en el Hospital Militar de
Carabanchel,
sino en los Hospitales Militares de Valladolid,
Burgos, Vitoria, Bilbao, Pamplona etc.
Se debe citar que en este principio del siglo XX, se fueron
creando unos cursos que constituyeron el inicio de las
Especialidades Médicas, de cuya formación Sanidad Militar
fue pionera en España. Su antecedente fueron las Comisiones
de Estudio en el Extranjero, principalmente, el Instituto Pasteur.
Las plazas para conseguir estos cursos se otorgaban por
concurso oposición que incluía el conocimiento del idioma.
Posteriormente se establecieron cursos, dirigidos por Médicos
Militares en el Instituto de Higiene Militar (Heredero del Instituto
Anatomopatológico, antes citado) situado en Rosales
12, y en el Hospital Militar de Carabanchel, que trataban de
Micrografía, Urología, Radiología, Análisis Clínicos…(5).
Cuando, en 1903, se terminaron las obras del Hospital
Militar de Madrid-Carabanchel, que el año anterior se
llamó por primera vez Central, tuvo lugar el XIV Congreso
Internacional
de Medicina, que universalizó al Hospital Militar.
Este Congreso fue inaugurado por el Rey Alfonso XIII
acompañado de su Augusta Madre. Este Congreso dividido
en 16 secciones, la número 14 estuvo dedicada a Medicina e
Higiene Militar y Naval, por lo que los congresistas, inscritos
en esta sección, tuvieron la oportunidad de visitar el Hospital
Militar de Carabanchel.
Aunque el Rey ya había visitado el hospital en 1902, fecha
de su mayoría de edad, con motivo de la explosión de los polvorines
del Campamento de Carabanchel, no fue hasta el 8
de enero de 1907 cuando tuvo lugar la visita oficial de sus
Majestades los Reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia, cuya
boda se había celebrado el año anterior. Tres años más tarde,
en 1910,los Reyes volvieron al Hospital para inaugurar una
escultura mural en memoria de los Médicos Militares muertos
(5) En diversos momentos de esta historia me referiré al hecho de ser la Sanidad
Militar la pionera de establecer una Formación Posgrado y ser especialmente
hospitalaria. Pero la filosofía de este hecho, queda claro desde
su inicio. No se trata de buscar «Médicos elitistas» en la Profesión Médica
Militar sino como dice la R.O., que convocó los cursos en el extranjero se
trataba de …proporcionar al Ejército de todos los recursos que la ciencia
posea para la profilaxis y el tratamiento de las enfermedades. Las Especialidades
Médicas surgen por el progreso de la Medicina y su especialización
constituye una necesidad.
en acción de guerra, cumpliendo con su humanitaria acción,
donada por suscripción de médicos militares. Esta lápida conmemorativa
la realizó el notable escultor académico de Bellas
Artes D. Eduardo Barrón y en ella quedaron recogidos de
forma sucinta sus nombres y el año de su muerte(6).
Esta lápida, que se conservó en el Pabellón de Dirección,
tiene un ángel en la parte superior, que la abraza, y en la inferior
lleva la Cruz de Malta rematada con la Corona Real bajo
la cual se cruzan un sable y el caduceo de Esculapio con la
serpiente enroscada.
El paso del siglo XIX al siglo XX obliga a aceptar que el
edificio no sólo es otro, sino que es otra cosa. El siglo XIX, con
las limitaciones de su época, ha quedado atrás, ahora la novedad
no sólo se presenta con otro edificio, sino que exige otra
forma de trabajo. Pero el cambio de siglo no es algo inmediato
sino progresivo, y es difícil, para la visión global de la historia,
marcar demasiado los años, pero si se quiere dar una fecha
de inicio, hay que hacerlo, como dice Laín, considerando que
el siglo XX no empieza realmente hasta la Gran Guerra. Por
eso al narrar un tiempo que empieza tras este enfrentamiento
bélico, me referiré ahora a la época, que en el mencionado
libro del Centenario, comenta mi otro amigo y mentor Agustín
Esteban, que abarca las dos guerras mundiales, la de Marruecos
y la Guerra Civil Española, y como él dice, se caracteriza
por los grandes cirujanos(7).Pero antes citaré de nuevo las
Especialidades Médicas.
En 1914 había surgido el Ateneo de Sanidad Militar, que
fue un nuevo empuje a las Especialidades Médicas que la
modernidad sigue imponiendo. En estos años se crearon cursos
de Cirugía en 1916 y de Oftalmología en 1918 que abarcaban
la duración de todo un año académico.
Los Cursos para la formación en Especialidades Médicas
en el Hospital de Carabanchel siguieron convocándose en
los años sucesivos. En 1931 la Formación de Especialistas en
Fimatólogía, que luego se llamó de Tisiólogía, estuvo a cargo
del Dr. Valdés Lambea. En 1932 se realizaron los cursos para
la formación de las siguientes especialidades: Cirugía Ortopédica
y Reeducación de Inválidos, Higiene y Bacteriología,
Radiología, Otorrinolaringología, Oftalmología, Urología,
Tisiología, Psiquiatría, Dermatología y Sifilografía. Esta convocatoria
fue la última de esta etapa. Durante la República y
la Guerra Civil no hubo cursos de especialidades.
(6) Debo anticipar aquí que en los primeros años del siglo XXI, el historiador
Alejandro Belaústegui, sobrino de Eduardo Barrón, que estaba
escribiendo sobre las obras de su tío, envió a la Revista de Sanidad
Militar un artículo sobre esta placa y se interesó por las acciones de los
Sanitarios Militares que en ella aparecían, por lo que inició una serie
de artículos sobre sus biografías que dio lugar a una colección de diez
tomos sobre Sanitarios Militares ejemplares, titulada la lucha contra
el olvido.
(7) Esteban se refiere a Gómez Ulla, Bastos Ansart y Gómez Durán,
que marcaron una época en este Hospital. Estimo que no quiere
decir
que luego no hubiera grandes cirujanos, que los hubo, sino que
luego se cuenta más la cirugía por adelantos de las técnicas y sus posibilidades
quirúrgicas. Además, a la escuela del último de ellos, pertenece
el mismo Agustín Esteban, que dedicó su vida profesional a la Cirugía,
especialmente a la Cirugía Torácica, de la que fue fundador en el Nuevo
Hospital, y después, ya retirado, a una fructífera actividad en Humanidades
Médicas.