Uso del ATC en la Elefantisis nostras verrucosa colonizada
Sanid. mil. 2021; 77 (1) 27
con ATC al 25% para la eliminación de la capa hiperqueratósica
que cubría la piel.
Para realizar las curas se utilizaron compresas impregnadas
en el ATC al 25% y se cubrieron las lesiones durante 24
horas con un vendaje oclusivo. Las áreas de piel sana se protegieron
con una pomada de mupirocina evitando así su lesión y
como profilaxis de sobreinfección.
Pasadas veinticuatro horas del inicio del tratamiento, donde
no se constató movimiento de larvas en la lesión, se realizó desbridamiento
con una esponja de clorhexidina de manera agresiva
eliminando parte de la zona hiperqueratósica y numerosas
larvas.
Tres días después, desaparecieron por completo las larvas
y la zona de la piel hiperqueratósica empezó a desprenderse
(Figura 3). El desbridamiento y la aplicación del ATC se realizó
con una frecuencia diaria hasta que desapareció toda la capa que
presentaba esta queratosis.
La paciente evolucionó favorablemente del cuadro de shock
séptico y pudo ser trasladada a la planta de hospitalización
donde se continuó con el tratamiento.
Tras 52 días de ingreso hospitalario, la paciente fue dada
de alta objetivándose la resolución completa de las lesiones en
miembros inferiores (Figura 4).
DISCUSIÓN
La primera descripción en la historia de un caso de ENV
pudo ser realizada por Celso (30 a.C.-50 d.C.) quién describió
una patología en la que el paciente presentaba una lesión cutánea
en miembros inferiores que la asemejaba a la pezuña de un
elefante7. En los siglos posteriores se siguieron describiendo
casos de elefantiasis asociadas a cuadros infecciosos, especialmente
filariasis y lepra.
En los primeros años de siglo XX, William Halsted en Baltimore,
describe los primeros casos de elefantiasis postquirúrgica
tras mastectomía con vaciamiento ganglionar axilar, que denominaría
elephantiasis chirurgica8.
La elefantiasis es una patología que se produce por ataques
inflamatorios repetidos, con fibrosis y esclerosis de la piel y del
tejido celular subcutáneo en la que ésta presenta cambios tróficos,
tales como depósitos de grasa, acantosis y crecimientos
verrugosos9.
En concreto, la ENV es el grado más avanzado del linfedema
crónico no filariásico. La acumulación continuada de líquido
intersticial induce una proliferación de fibroblastos afectando a
la respuesta inmune local, lo que conduce a una mayor fibrosis
de la dermis y a un aumento de la susceptibilidad a infecciones10.
Se caracteriza por presentar una piel con hiperqueratosis, papi-
Figura 2. Larvas de musca domestica en las lesiones de la paciente.
Figura 3. Mejoría de las lesiones, proceso de desbridamiento mecánico.
Figura 4. Aspecto de las lesiones de la paciente antes de recibir el alta.