revista de aeronáutica y astronáutica / julio-agosto 2021
los vehículos reutilizables X-37B 637
estaría dedicada a validar sus sistemas.
Se desconoce su carga útil, si
la transportaba, o si el vuelo fue un
éxito completo o parcial.
Aunque se había anunciado que
los X-37 tenían una vida útil mínima
en órbita de 270 días, el OTV-1 regresó
a la Tierra transcurridos solo
unos 224 días desde su lanzamiento.
Es probable que sus controladores
no buscaran aún demostrar esa vida
útil mínima, sino que la decisión de
regresar a casa estuviera relacionada
con otros factores, como el funcionamiento
correcto de todos los sistemas
o la finalización de todos los
objetivos de la misión.
La órbita del USA-212 no fue anunciada,
pero observaciones realizadas
por especialistas civiles sugirieron
que fue colocado en una órbita baja
de unos 400 km de altitud e inclinada
40 grados, muy semejante a la de
algunos vuelos del transbordador
espacial, pero también apropiada
para demostrar el paso repetitivo,
cada cuatro días, sobre un determinado
punto de la superficie terrestre,
una capacidad pensada para tareas
de reconocimiento militar.
En realidad, la órbita de la nave varió
en varias ocasiones, demostrando
su maniobrabilidad. Eso hizo que
los observadores civiles la perdieran
de vista. En uno de los redescubrimientos
se la localizó en una órbita
de alrededor de 300 km de altitud,
sincronizada para pasos repetitivos
cada tres días sobre un punto de la
superficie.
Pocos días antes de su aterrizaje,
la US Air Force anunció las posibles
fechas previstas para ello. Por
fin, el de diciembre de 1, el
primer X-37B conseguía frenar su
marcha orbital e iniciar la reentrada
atmosférica, resistiendo el descenso
y aterrizando de forma completamente
automática en la base de
Vandenberg, en California. Nunca
antes una nave estadounidense había
aterrizado bajo ese régimen con
anterioridad.
Las imágenes del vehículo en tierra
mostraron que había sufrido algunos
daños. Uno de sus neumáticos había
estallado, ocasionando desperfectos
en su zona inferior. A pesar de todo,
la nave fue llevada a su hangar, tras
la inspección de seguridad de su sistema
de propulsión, y se inició un
largo periodo de revisión de todos
sus componentes y de preparación
para una futura nueva misión, demostrando
así su reutilización.
Mientras el primer X-37B era atendido,
el segundo estaba ya listo para
partir al espacio. Casi tres meses
después del regreso de su predecesor,
el segundo X-37B fue llevado al
Centro Espacial Kennedy donde fue
equipado con todos los elementos
que debían viajar en su bodega, y
preparado para su integración con
el cohete lanzador.
La nave, cuya misión sería bautizada
como OTV-2, utilizaría otro Atlas
501 (AV-026), el cual lo situaría en
una órbita de unos 330 km de altitud
el 5 de marzo de 2011. De nuevo,
las características de la misión
no serían anunciadas por la US Air
Force, más allá de la acostumbrada
declaración sobre el ensayo de
«nuevas tecnologías espaciales».
No se indicó tampoco una fecha de
retorno, que quedó supeditada a la
conclusión exitosa de los diversos
experimentos que transportaba el
vehículo.
La misión OTV-1 concluyó con un aterrizaje
exitoso. (Imagen: US Air Force)