El diamante de seguridad al que se refería Shinzo Abe incluye Australia, EE. UU., Japón e India, pero otros países
como ha quedado claro tras la respuesta
de Pekín a la petición de una
investigación independiente sobre la
COVID-1911. En 2019, las exportaciones
australianas a China representaron
el 36 % del total y el 7 % del PIB
australiano. Un editorial de 2018 del
periódico estatal chino Global Times
pidió recortes en las importaciones
de vino y ternera para «hacer pagar a
Australia sus actitudes arrogantes»12.
En mayo de 2020 China anunció el aumento
de los aranceles de la cebada y
la limitación de las importaciones de
carne13.
Desde 2012, Japón ve amenazada su
soberanía sobre las islas Senkaku.
China ha enviado barcos de pesca,
buques militares y de guardia costera
a las aguas territoriales que
rodean estas islas y han desafiado
a la guardia costera japonesa14. En
2013, China declaró unilateralmente
una zona de identificación de defensa
aérea sobre buena parte del mar
de China meridional, lo que desde
entonces ha forzado a Japón a defender
su espacio aéreo de frecuentes
intrusiones de la aviación militar
china. Este aumento de las operaciones
aeronavales alrededor de las
Senkaku ya está erosionando las capacidades
japonesas15.
La postura japonesa ante esta estrategia
de desgaste ha sido impulsar su
capacidad para actuar unilateralmente
o en coordinación con sus aliados.
En 2017, el primer ministro Shinzo
Abe declaró no tener intención de
seguir limitando el gasto en defensa
al 1 % del PIB16. Sus últimos planes incluyen
la modernización de su armamento
y material, además de la puesta
a punto de dos buques para albergar
cazas F-35B17.
Es más, la reinterpretación de la constitución
10 / Revista Ejército n.º 967 • noviembre 2021
japonesa permite a las Fuerzas
de Autodefensa tomar medidas
de seguridad colectiva en ayuda de
sus aliados y adoptar nuevas políticas
para permitir la exportación de
armamento, así como su producción
y desarrollo conjunto por primera vez
desde 196718.
También ha conseguido que tanto
la Administración Obama como
Trump consideren la defensa territorial
de las Senkaku incluida en el artículo
5 del Tratado de Defensa Mutua
EE. UU.-Japón19.
Abe ha sido el jefe de gobierno que
más ha abogado por el restablecimiento
de el Quad tras el fracaso de
la primera, y ha llamado a la creación
de un «diamante democrático de seguridad
» en el Indo-Pacífico. Japón
ha mostrado su resolución a pagar
el precio de defender su soberanía y
tiene el respaldo de EE. UU. También
ha especificado que podría llegar al
empleo de sus fuerzas militares en
otro país miembro si este es atacado20.
Muy distinto es el caso del uso
de la fuerza para autodefensa colectiva
en zonas comunes como alta mar,
donde no se violaría la soberanía territorial.
Pero el Gobierno de Abe ha
podrían unírseles próximamente
argumentado que un ataque contra
los aliados en el mar de la China meridional
podría interpretarse como una
amenaza existencial que justificaría el
uso de la fuerza21.
La India es el socio más vulnerable a
las represalias chinas. Las principales
áreas disputadas incluyen el estado de
Arunachal Pradesh (que China reclama
como parte del «Tíbet del Sur»22) y
Aksai Chin (que la India reclama como
parte del estado de Jammu Kashmir).
Desde 1981 han tenido lugar 22 reuniones
para la demarcación de fronteras23,
obviamente sin éxito.
El incidente más grave entre ambos
países desde 1962 fue un bloqueo
de 73 días en la meseta de Doklam
en junio de 2017, un territorio disputado
por China y Bután y cerca del
estado indio de Sikkim. Cabe interpretar
la perseverancia del gobierno
indio como una respuesta exitosa
a las tácticas terrestres de «salami
» de China, pero lo cierto es que
el temor a las represalias ha limitado
las respuestas de la India a las
provocaciones del pasado y que tal
temor no ha desaparecido. Aunque
la India ha mejorado sus infraestructuras
fronterizas y sus capacidades
de combate en alta montaña, China
conserva la ventaja en vista de la militarización
del Tíbet. También podría
intensificar su ya amplio apoyo militar
a Pakistán y animarle a desafiar la
Línea de Control de Cachemira, directamente
o más probablemente a
través de proxies.