La Línea de los Nueve Puntos de China y sus reclamaciones territoriales pueden representar
una seria amenaza a la libertad de navegación en el Mar de China Meridional
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La percepción de la amenaza ha
aumentado a la vez que las capacidades
de proyección de la Armada
china en el océano Índico. China intenta
proteger sus rutas marítimas,
especialmente en los estrechos de
Malaca y Ormuz, pero Nueva Delhi
ve estos movimientos como un estrangulamiento
de su espacio estratégico.
Desde la primera singladura
de un submarino nuclear chino en el
Índico en 2014, otros le han seguido,
junto con despliegues navales más
frecuentes, sofisticados y prolongados
en el este y norte del Índico,
por no mencionar el establecimiento
de la primera base naval en Yibuti
en 2017.
Algunos estrategas indios consideran
estas maniobras como parte de
una estrategia más amplia dirigida
al cerco de la India. La creciente presencia
naval china mina las aspiraciones
de preponderancia regional
de la Armada india y el acceso a bases
en Pakistán limita las opciones
de Nueva Delhi en caso de crisis24.
También la IBR es considerada parte
de esa estrategia de cerco al explotar
las carencias en infraestructuras de
vecinos como Pakistán, Bangladés,
Maldivas y Sri Lanka.
La India ha pasado de una política
de no alineamiento a otra de «alineamiento
múltiple» para conservar la
máxima autonomía estratégica. Por
otra parte, es consciente de que es
poco probable que el Quad venga
en su auxilio en caso de nuevos roces
fronterizos con China. Asimismo,
Nueva Delhi recuerda el prolongado
apoyo norteamericano a Pakistán y el
ostracismo al que fue reducida tras su
primera prueba nuclear en 1974.
En resumen, la India percibe la amenaza
y comparte algunos intereses
con sus socios de el Quad, pero
no podría afrontar el precio de una
membrecía más activa. Sus debilidades
internas, la vecindad de sus
adversarios, la ausencia de aliados
externos y una cultura estratégica
basada en no alinearse tienen como
resultado una Armada con poca capacidad
de proyección y que en caso
de crisis mayor o conflicto solo podría
aportar la protección de las posiciones
actuales en el Índico y la
bahía de Bengala.
En parte por mitigar esas carencias,
EE. UU. designó en 2016 a la India
«socio relevante de defensa» y en
2018 país de primer nivel por la Autorización
de Comercio Estratégico,
lo que la colocó a la par con otros
aliados para la adquisición de tecnología
de defensa25 y allana el camino
para la investigación y el desarrollo
en defensa en colaboración
con sus aliados. Además, el Acuerdo
India-EE. UU. para la Seguridad
y Compatibilidad de las Comunicaciones
firmado en 2018 permitirá
a Nueva Delhi acceder a equipo
de comunicaciones encriptadas de
Washington, así como compartir información
en tiempo real con los demás
socios de el Quad.
REACCIÓN DE CHINA
China expresó su malestar por el primer
Quad, antes incluso de que tuviese
su primera consulta oficial de seguridad
en 2007. Años más tarde, el
ministro chino de exteriores Wang Yi
describió la denominación Indo-Pacífico
adoptada por el Quad como «una
idea para titulares» que se disiparía
«como la espuma marina en el Índico
o en el Pacífico»26. Aunque las reacciones
oficiales chinas han sido en
buena medida despectivas, se ha hecho
evidente una aprensión hacia el
Quad que va más allá de las consideraciones
militares.
De hecho, hay una diferencia esencial
de enfoque. China rechaza el término
Indo-Pacífico propugnado por
EE. UU. en favor de Asia-Pacífico. El
elemento teórico de la reacción china
es que el desplazamiento del centro de
gravedad hacia el Índico amenaza su
supremacía y su liderazgo en la arquitectura
regional de Asia-Pacífico.
Pero lejos de renunciar a sus planes,
incluso en plena pandemia, China ha
continuado intimidando a Taiwán y a
los países con los que mantiene disputas
territoriales en el mar de China
meridional. Ello incluyó el envío de un
grupo naval alrededor de su primer
portaaviones a la costa este de Taiwán
en abril de 2020 y el despliegue
de un buque de prospección petrolífera
apoyado por una nave de la guardia
costera en aguas reclamadas por
Malasia y Vietnam27.
Si China hiciese efectiva su reclamación
de la línea de nueve puntos en el
mar de China meridional28, el conflicto
jurisdiccional sobre las mercancías
marítimas impediría en gran medida
el acceso a lo que hoy se consideran
aguas internacionales. Esto no
solo afectaría al libre comercio, sino
a la capacidad de EE. UU. de apoyar