explicativas estratégicas y no económicas
que determinan el gasto militar
en diferentes países a escala mundial
y en el que se calibra su intensidad,
podemos afirmar que no se producen
grandes cambios en los coeficientes
estimados durante y después de la
Guerra Fría mediante el contraste de
Chow; es decir, que la estructura de
gasto en defensa se mantiene intacta
en el ámbito mundial cuando se comparan
períodos de guerra generalizada
con otros de paz. De este modo,
detectamos en su análisis econométrico
que los signos de afectación de
las variables explicativas son los que
intuitivamente deberíamos encontrar
(coeficientes positivos), siendo tales
variables:
• Existencia de guerra externa (más o
menos cercana a la frontera de cada
país).
• Existencia de guerra civil en el país
en cuestión.
• El gasto militar del conjunto de
países amenaza o enemigos clásicos.
• La inexistencia de datos militares
de países cercanos u hostiles e incluso
enemigos que generan una
situación de suspense y miedo.
• La existencia de una democracia
o de una dictadura en cada territorio.
• Dummies que tienen en cuenta los
lazos estratégicos con grandes potencias.
• Dummies que tienen en cuenta la
peligrosidad del vecindario por la
riqueza en la explotación de recursos
o por su poder económico.
Así pues, todo el mapa geoestratégico
mundial determina la intensidad
en el uso de los recursos públicos
para fines bélicos o de defensa
nacional, y tal estructura econométrica
se mantiene intacta a pesar de
la finalización de épocas de guerra o
de paz. Los coeficientes estimados,
pues, para las variables independientes
de estilo económico y demográfico
strictu sensu tienen un papel
secundario, siendo las variables estratégicas
las claves fundamentales
de la carrera armamentística: carrera
para unos cuantos que pasa a
ser carrera para todas las naciones,
según la lógica-técnico-militar en
tiempos de guerra, y que en tiempos
de paz implica una política disuasoria
26 / Revista Ejército n.º 967 • noviembre 2021
del vencedor sobre el vencido.
El motivo precautorio del país
dominante y su propio miedo a las
alianzas estratégicas de países hostiles
facilitan que este aplique el papel
de vigilante y de policía mundial.
Por lo tanto, regula el military burden
del resto de países del mundo
para no perder su porción de terreno
de dominancia, y disuade a países
potencialmente rivales de seguir
con su política armamentística contraria
a los intereses de la potencia
dominante.
Es necesario
un sistema de
planeamiento que
permita adecuar
las necesidades y
posibilidades, con
planes a largo, a
medio, y a corto
plazo
Edward O'Boyle