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Hay quien dice que la visión de Aleksandr
Duguin (Moscú, 1962) es desde
hace tiempo la guía geopolítica de Vladímir
Putin, presidente de la Federación
Rusa y líder del país desde la Nochevieja
de 1999. Otras fuentes sostienen que
no es así. Sin embargo, es incuestionable
que la impronta intelectual del filósofo,
politólogo, historiador, sociólogo
y analista geopolítico ruso ha ejercido
y ejerce una importante influencia no
solo en la élite dirigente de la Federación,
sino también en los círculos militares
y en los ámbitos académico y político,
de cuyo presidente de la Duma
Estatal (Cámara Baja de la Asamblea
Federal de Rusia), durante el mandato
de Borís Yeltsin. En las actuales circunstancias,
conocer al personaje y su
ideario geopolítico es importante para
entender y facilitar la comprensión de
las claves de la actuación exterior del
actual gobierno de Rusia.
TURBULENCIAS
INTELECTUALES Y
NEOEURASIANISMO
Aleksandr Duguin cumple en su biografía
los rasgos definitorios del estereotipo
ruso: es apasionado, patriota
y amante de las tradiciones
que la historia ha ido moldeando
en los genes de sus conciudadanos.
Nacido en Moscú, hijo de un
alto funcionario soviético, fue sin
embargo detenido por agentes de
la KGB en 1983, lo que causó problemas
a su padre. Desde muy joven
ejerció el periodismo y, a lo largo de
las etapas siguientes a su aparición
en la vida pública, la inquietud intelectual
y la búsqueda de la creación
de una identidad política propia le
arrastró, en una etapa de cambios y
turbulencias en su país, a pasar de
ser simpatizante del nazismo a escribir
parte de los principios conceptuales
del Partido Comunista
de la Federación Rusa de Guennadi
Ziugánov, recreado tras la caída de
la URSS. Fue, simultánea o sucesivamente,
fundador del Partido Bolchevique,
estudioso de las ciencias
ocultas, defensor del papel de los
sentimientos religiosos en Rusia y,
en especial, de la religión cristiana
ortodoxa, analista de la geopolítica
tradicional y un importante defensor
y propagandista, si no el que más,
del concepto geopolítico del neoeurasianismo.
En su trabajo Proyecto Eurasia, publicado
en 2016, Duguin definió esta
corriente nacida en los años veinte
del pasado siglo: «A nivel cultural, el
objetivo principal del Proyecto Eurasianista
de Rusia es la afirmación
de un modelo pluralista, diferenciado,
a múltiples niveles, y alternativo
respecto a esquemas de unificación
unidimensional ofrecidos por los
partidarios del globalismo bajo la
influencia de Occidente. …. Rusia
debe proclamar a escala mundial su
propia misión de garante de la floreciente
complejidad, como centinela
de las relaciones entre las naturales
y variados conjuntos humanos civilizados
y de la afirmación y conservación
de esta variedad histórica de
la vida cultural de los pueblos y de
los Estados, como el fin supremo del
Proyecto Eurasianista, de Rusia y a
nivel de civilización».
LA GEOPOLÍTICA DE LOS
OPUESTOS: TELÚRICOS Y
TALASOCRÁTICOS
Por otra parte, sus análisis de las
teorías de los padres de la geopolítica,
Mackinder, Mahan, Haushofer
y otros, le condujeron a adoptar los
postulados del primero, que señala
una Heartland o Tierra Corazón,
también denominada Área Pivote,
situada en el interior de la Isla Mun-
Aleksandr Duguin dial, vasto espacio que comprende