el Programa Future Air Reconnaissance Aircraft (parte 2) 951
UN VISTAZO AL PASADO.
EL RAH-66 COMANCHE
No pocos analistas coinciden en
establecer las similitudes que la
propuesta de Bell comparte con el
famoso RAH-66 Comanche, un helicóptero
de ataque y reconocimiento
con tintes futuristas cuya génesis se
remontaba a 1982, uno de los periodos
de mayor tensión de la Guerra
Fría, y que gracias a las características
de baja observabilidad, capacidades
de detección, velocidad y
alcance de las que hubiera estado
dotado, estaba llamado a ser el complemento
del AH-64 Apache, sustituyendo
a los OH-58 Kiowa Warrior y al
AH-1 Cobra.
Sobre el papel, las capacidades
del Comanche eran sin duda impresionantes.
De haber entrado en servicio,
hubiera sido un game changer
en la época: dotado de un fly by wire
de triple redundancia y con un piloto
automático con múltiples funcionalidades
y muy automatizado, hubiera
sido el complemento perfecto para
que, en caso de necesitarlo, el piloto
pudiera haberse concentrado en
la detección y clasificación de objetivos
procedentes del radar, sistema
de televisión y del FLIR (Foward Looking
Infra Red) presentados en las
pantallas digitales junto con un mapa
táctico del terreno, tarea que hubiera
sido facilitada por un algoritmo
avanzado y dedicado plenamente a
esta tarea del sistema de misión. La
detección del Comanche por parte
del adversario hubiera requerido de
este el disponer de sistemas de búsqueda
y seguimiento de objetivos
avanzados, tanto en espectro acústico
como en los más comunes espectro
electromagnético e infrarrojo, al
haber estado dotado de características
de baja observabilidad en todos
estos ámbitos: la sección transversal
de radar, sin cifras exactas, hubiera
sido menor que la de un misil Hellfire,
gracias no solo al diseño sino a
la bodega interna de armamento y
la retractilidad del tren de aterrizaje.
Por su parte, el helicóptero disponía
de supresores infrarrojos localizados
en la sección de cola, enfriando los
gases de escape mediante su mezcla
con la ingesta de aire del exterior
mediante inlets estratégicamente
dispuestos (numéricamente, el helicóptero
emitía únicamente un 25 %
revista de aeronáutica y astronáutica / diciembre 2020
del valor de radiación infrarroja que
un helicóptero convencional). La capacidad
de carga de armamento,
seguía similares pautas: obviando
las consideraciones de baja observabilidad
y armándolo a la máxima
carga de pago, el Comanche hubiera
sido capaz de llevar hasta 14 misiles
anticarro Hellfire, 28 misiles aire-aire
Stingers, y 56 cohetes Hydra. En el
caso de adoptar una configuración
stealth, la capacidad hubiera sido de
cuatro Hellfires y dos Stingers.
Sin embargo, el Comanche nunca
pasó a la fase operacional de su
vida: tras 22 años de desarrollo, unos
requisitos operacionales demandados
exagerados (como ser capaz de
cruzar el océano Atlántico de forma
autónoma en un ferry) propios de un
punto álgido de la Guerra Fría, y un
continuo incremento de costes hasta
llegar a la cifra de 6,9 billones de
dólares, fue finalmente cancelado en
el año 2004 presentando en la fecha
múltiples motivos técnicos de envergadura:
dificultades en los ensayos
e integración del software de misión
(programado en lenguaje ADA),
magnitud excesiva de la firma radar,
bajo rendimiento tanto del sistema
de comunicaciones (incluyendo
tanto las de radio como el datalink)
como de los asociados al sistema de
armamento y de búsqueda y segui-
Bell Helicopters
RAH-66 Comanche en vuelo. (Imagen: US Army)