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y sociales). Rusia considera el espacio
exsoviético como una zona de
influencia natural que debe quedar
fuera del alcance de la OTAN y de la
Unión Europea. Este ámbito territorial
incorpora intereses políticos, económicos
y de seguridad (militares). Por
ello, Rusia valora la ampliación de la
OTAN/UE hacia sus fronteras como
una amenaza tanto militar como económica
y, consecuentemente, trata de
evitar la «intromisión» de otras potencias
a toda costa, lo que incluye, si es
necesario, el uso de la fuerza.
El desarrollo de la estrategia rusa se
basa en tres pilares: el político-diplomático,
el económico y el militar. Centrándonos
en el terreno militar, Rusia
ha renovado sus capacidades y las ha
impulsado con decisión, recursos y
moderna tecnología. El empleo decidido
y eficaz de la fuerza está contribuyendo,
de forma muy significativa,
al logro de sus objetivos estratégicos.
Rusia emplea sus capacidades militares,
en mayor o menor medida, combinadas
con otros elementos y adopta
de forma creativa sus acciones con
exitosa en los conflictos.
LA NUEVA TIPOLOGÍA DEL
CONFLICTO: LA GUERRA
HÍBRIDA
La denominada guerra híbrida teoriza
acertadamente sobre la reciente evolución
de los conflictos y parece ofrecer
un paradigma sólido del desarrollo
posible de los conflictos futuros.
El término guerra híbrida aparece
de la mano de Frank Hoffman y
James Mattis1 de forma experimental
en 2005, y consigue consolidarse de
forma muy rápida como nueva tipología
de la guerra tras el conflicto de Israel
y Hizbulá del verano de 2006.
La guerra híbrida consiste básicamente
en la mezcla de las dos clases
de amenazas clásicas: guerra convencional
y guerra irregular (asimétrica),
pudiendo completarse con otros elementos,
como el terrorismo, el crimen
organizado o las derivadas de estados
fallidos o situaciones catastróficas. La
guerra híbrida viene así definida por
la combinación de elementos de las
distintas clases de guerra, buscando
capacidades, tácticas, tecnologías y
combinaciones de estas que permitan
aportar ventajas en un conflicto.
Esta combinación, a priori, no parece
ser especialmente revolucionaria
(la historia nos ofrece conflictos
donde dicha mezcla se ha producido,
como la combinación de las guerrillas
españolas y ejércitos convencionales
anglo-luso-españoles en la lucha
contra la invasión napoleónica).
Sin embargo, el concepto guerra híbrida
presenta varias claves diferenciadoras.
Primera, el empleo de las
distintas capacidades o tecnologías
está coordinado mucho más allá de la
consecución de unos objetivos estratégicos
generales, más o menos definidos.
Así, actúan «de forma coordinada
y bajo una misma dirección ...
(como) una única fuerza integradora
en el nivel operacional, y eventualmente
a nivel táctico»2.
El segundo elemento característico
es la búsqueda de las fisuras en los
marcos político-legales de los conflictos.
Los conflictos actuales se apoyan
en densos acervos político-jurídicos:
el Derecho Internacional de los
Mapa de la OTAN en Europa