42 / Revista Ejército n.º 958 • enero/febrero 2021
China y el Reino Unido no tuvieron
en cuenta a los ciudadanos de Hong
Kong cuando llegaron a un acuerdo,
y ahora estos exigen sus derechos,
dirigiendo su mirada hacia Londres.
Pero la antigua metrópoli difícilmente
mediará cuando ni siquiera tuvo en
cuenta las posibles consecuencias
negativas de su entrega: el paso radical
hacia atrás que se da de una democracia
a un gobierno autoritario.
Son los problemas que conlleva no
poner el foco en las personas. En el
trato se miraron los beneficios económicos
que podía traer para China el
intercambio, teniendo en cuenta que
Hong Kong es uno de los centros de
tecnología asiática10. A lo que hay que
sumar el aspecto militar, ya que Londres
jamás hubiera desafiado a China,
habida cuenta de su abrumadora
superioridad en este terreno, amén
del improbable apoyo norteamericano
a semejante causa. El resultado de
la operación es una muy posible emigración
masiva de las élites hongkonesas
al Reino Unido para dejar atrás
el régimen comunista de Pekín y, con
ello, la desaparición de Hong Kong tal
como la hemos conocido hasta ahora.
Más difícil de entender es la postura
británica en el caso de Gibraltar. La
población gibraltareña no quiere ni oír
hablar de soberanía española sobre la
Roca, lo cual es muy lógico: el actual
estatus les permite vivir con uno de
los niveles económicos más altos del
mundo. Quizás por eso prefieren ser
ciudadanos británicos de segunda
antes que españoles de pleno derecho.
Tampoco los 3609 compatriotas
que trabajan en la colonia quieren saber
nada de un cambio de la situación
actual. Si bien el aspecto militar de Gibraltar
siempre será importante por
su posición geográfica, hay que tener
en cuenta que España, fiel aliado de la
OTAN y estrecho colaborador del Reino
Unido, puede proporcionar todas
las facilidades logísticas y militares
que precise, por lo que no parece lógico
mantener una colonia que conlleva
tal tensión entre ambos países. Las
ventajas que pueda proporcionar esta
situación no parecen justificar el enfrentamiento
entre dos firmes aliados.
Por otro lado, España no puede competir
con el Reino Unido en los planos
económico y militar, como sí pudo
El gobernador Diego Salinas abandona Gibraltar. Obra de Augusto Ferrer- Dalmau
Adquisición de Hong Kong