EL TEST COMO INSTRUMENTO
DE MEDIDA
Evidentemente, uno de los principales
métodos de evaluación es el examen
o test. Como decimos, para el estudiante
ese puede ser en ocasiones el
objetivo último, pero no lo es para el
sistema. La evaluación no se basa solamente
en el resultado de un test, ni
es solo un instrumento de medida al
final de un proceso.
Dentro de ese marco, el propio test es
también una herramienta de aprendizaje
en sí mismo. Para que sirva esta
función, debemos tener en cuenta
múltiples aspectos, que se pueden
resumir en ocho pilares o principios
fundamentales.
La utilidad
El primer criterio que hay que valorar
es el propósito para el que el test se
va a realizar. Se trata de que nos proporcione
información adecuada para
lo que pretendemos medir. Por ello,
cada test debe tener en cuenta para
qué lo aplicamos, a quién y en qué
contexto concreto de uso del idioma.
No usaremos las mismas técnicas de
test ni los resultados se valorarán de la
misma manera si debemos:
• Medir la competencia lingüística
general, por ejemplo, de un profesional
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previamente a su despliegue
en un puesto multinacional, para lo
que usaremos un test de competencia
o proficiency test.
• Valorar el grado de adquisición de
conocimientos sobre un determinado
currículo educativo, donde
usaríamos un test de adquisición o
consecución de objetivos (achievement
test).
• Valorar el grado de progreso dentro
un programa de enseñanza concreto,
con un test de progreso (progress
test).
• Separar a los alumnos de un programa
o curso en diferentes niveles,
con un test de emplazamiento
(placement test).
En muchos casos, estos diferentes
tipos podrán coincidir en cuanto a la
técnica utilizada, pero forzosamente
se deberán adaptar al propósito
Modelo de Clifford
final. No tendría sentido, por ejemplo
(y afortunadamente no se hace, es un
ejemplo extremo), aplicar únicamente
un test de gramática compuesto
solamente por ítems de opción múltiple
a un militar que va a desplegar
en un cuartel general multinacional.
En el contexto de un programa de enseñanza
se podrán utilizar varios de
ellos, en función de las características
del mismo.
En el ejemplo del recuadro (enseñanza
de idiomas en la EMIEO7) vemos
que, por un lado, al eliminar el requisito
de 10 puntos al egreso, se eliminó
la incongruencia de finalizar un plan
de estudios (lo que legalmente exige
determinar quién pasa y quién no, y
además, en la Enseñanza Militar, clasificar
a los estudiantes en un escalafón)
con un proficiency test. En su lugar,
se realiza un achievement test en
el que se mide el grado de adquisición
de los contenidos tratados durante los
32 ECTS del Plan de Estudios.
Independientemente del tipo de preguntas,
o del formato utilizado, la
principal diferencia es conceptual: