MDE
En la actualidad los temas prioritarios en relación con la Seguridad
Humana que se dirimen en el ámbito de Naciones Unidas son
la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, el cambio climático, la
migración y la prevención y resiliencia.
En el ámbito de la OTAN la Seguridad Humana ha ido ganando
importancia en los últimos años. Así hay que entender, por ejemplo,
la adopción de las políticas sobre Protección de Civiles que persiguen
mitigar los daños a la población, facilitar su acceso a las necesidades
básicas y contribuir a un entorno más seguro en las zonas
en conflicto.
Otro ejemplo que ilustra el interés de la OTAN por la Seguridad
Humana es la nominación de una persona Representante Especial
del secretario general para Mujeres, Paz y Seguridad, que es además
prueba del énfasis que ponen los aliados por incluir una perspectiva
de género en todas las actividades que llevan a cabo.
Estas iniciativas en el terreno de la Seguridad Humana estimularon
la creación en el año 2018 de la Unidad de Seguridad Humana en
la oficina del secretario general, precisamente para apoyar la implementación
de estrategias relacionadas con la protección de los civiles,
particularmente de las mujeres y los niños, y los bienes culturales en
situaciones de conflicto armado.
En relación a la Unión Europea, la Seguridad Humana lleva
años siendo objeto de estudio y reflexión, lo que se ha traducido en
la publicación de los tres informes mencionados al comienzo de estas
líneas. Además, la Estrategia Global para la Política Exterior y
de Seguridad de 2016 incluyó como objetivo fomentar la Seguridad
Humana mediante un enfoque integrado para la resolución de conflictos
y crisis.
Cabe preguntarse si todas estas iniciativas están dando los resultados
esperados o por el contrario la Seguridad Humana no ha
conseguido saltar del plano teórico a la realidad. La verdad es que el
concepto ha recibido numerosas críticas por falta de concreción, en
particular en el ámbito de la gestión de conflictos. Además, la coexistencia
de diversas interpretaciones sobre cuál debe ser su contenido
y alcance no ayuda a que estas ideas se conviertan en estrategias
concretas y planes de actuación.
Sin embargo, son mayoría los que piensan que la aproximación
clásica a los problemas de seguridad, más ligada a la protección
que al empoderamiento, no es válida para afrontar los problemas de
seguridad actuales, precisamente por su complejidad y transnacionalidad.
Un buen ejemplo de ello son las crisis de refugiados y la
amenaza que suponen las mafias que trafican con migrantes o la
pandemia actual. Igualmente, cabría reflexionar sobre qué medidas
se han de adoptar para salvaguardar la seguridad de personas inocentes
que son utilizadas, incluso a riesgo de sus propias vidas, para
alcanzar determinados objetivos, algo que lamentablemente acabamos
de presenciar en nuestras propias fronteras.
NO HAY VUELTA ATRÁS
Malala Yousafzai ha manifestado en numerosas ocasiones un profundo
agradecimiento a sus maestros que desarrollaban su actividad
docente en una tierra en la que los talibanes habían prohibido la educación
de las mujeres. A pesar de las enormes dificultades vividas,
Malala ha podido transitar por la vida muy dignamente gracias al empoderamiento
de la educación, porque como ella misma ha escrito,
«Ir al colegio, leer, hacer los deberes no era una forma de pasar el
tiempo, era nuestro futuro».
En su caso la suerte o el destino impidieron que su final fuera
como el de tantas otras niñas asesinadas por querer recibir una
educación. Nadie pudo protegerla del ataque terrorista que sufrió.
Nadie pudo liberarla del miedo que sintió. Lamentablemente en la
actualidad millones de seres humanos siguen atenazados por ese
miedo.
Igualmente, muchos millones de personas siguen viviendo en
condiciones de miseria. Según el Banco Mundial, la pobreza extrema
mundial aumentará por primera vez en más de veinte años como resultado
de las perturbaciones ocasionadas por el COVID-19.
Por tanto, no parece que la situación esté mejorando en relación
a la libertad frente al miedo y la libertad frente a la miseria. De ahí
que los postulados que defiende la Seguridad Humana están más
vigentes que nunca.
Es posible que este nuevo enfoque no haya dado muchos resultados
todavía, pero los problemas de hoy no pueden abordarse
con las soluciones de ayer. Las ideas contenidas en los postulados
de la Seguridad Humana deben constituir los cimientos sobre los que
construir las estrategias de seguridad de este siglo. L
«La seguridad humana se expresa en un niño que no muere,
una enfermedad que no se difunde, un empleo que no se elimina,
una tensión étnica que no explota en violencia, un disidente que no
es silenciado». (PNUD, 1994)
Junio 2021 Revista Española de Defensa 53