Se debe reducir los ciclos de preparación para cada rol gracias a un diseño coherente de ejercicios
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mientras se mantiene como una estructura
de mando y control ampliamente
empleada para las operaciones
lideradas por la UE es, evidentemente,
una gran ventaja para el diseño de su
futuro.
El Eurocuerpo
debe mantener
a toda costa
su seña de
identidad más
característica:
la dualidad de
empleo OTAN/UE
En lo que respecta al ámbito OTAN,
la inclusión del EC en el nuevo LTCP3
se antoja un asunto delicado. Mientras
que una integración completa,
en un ciclo de ocho años asumiendo
todos los roles posibles, supondría
la práctica imposibilidad de atender
compromisos derivados de la UE, una
integración ad hoc, parcial y ajustada
a la especificidad del EC, sería más
realista y equilibrada.
En este momento, ninguno de los
cuatro roles debería ser excluido para
el EC, aunque la actual indefinición
doctrinal del WAC y MC LCC, obligan
al EC en una primera fase a centrarse
en el rol de LCC NRF y, de forma más
limitada, en el de JHQ.
El EC debe seguir apostando por
asumir el mando y control de misiones
tanto ejecutivas (F HQ del nivel
Battle Group de la Unión Europea,
BGUE) como no ejecutivas (EUTM)
que sean acordadas por las naciones
marco y que, en la medida de lo posible,
permitieran la participación de los
contingentes de todas ellas, no con
una mera aportación de personal (force
provider), sino formando parte de la
estructura de mando establecida para
la operación.
Más aún, ¿por qué el EC no puede
tener cabida dentro de la estructura
permanente de mando y control de
la UE para misiones y operaciones
dentro de la CSDP4? Desde finales
de 2018, la Military Planning and
Conduct Capability (MPCC), creada
dentro del EU Military Staff (EUMS),
es responsable del planeamiento y
la conducción no solo de misiones
militares no ejecutivas (EUTM), sino
que también se le podría encomendar
una misión militar ejecutiva de
entidad BGUE. Intercalado entre la
MPCC y la figura del Mission Force
Commander5 (MFC) podría quedar
encuadrado el EC, para descargar de
tareas a la MPCC (en proceso de dotarse
al completo de sus necesidades
de personal e infraestructura).
Con todo ello, y a la espera de comenzar
los estudios conducentes a definir
los roles del EC después de la NRF
2020, parece asumible pensar que:
• 2021 y 2022 podrían consagrarse
hacia la UE, ejerciendo el mando
y control de una EUTM preferiblemente
en dos rotaciones, y proporcionando
el (F) HQ BGUE liderado
por España en 2022 (2.º semestre).
• 2023 y 2024 podrían volcarse hacia
la OTAN, asumiendo de forma prioritaria
el rol de LCC NRF dentro del
LTCP o, de forma alternativa, el de
JHQ.
• 2025 y 2026 quedan, por el momento,
indeterminados. Se abrirían
opciones, pendientes de aprobación
por las naciones marco, como
proporcionar durante 12 meses en
2025 el (F) HQ BGUE liderado por
Alemania y asumir en 2026 un rol
del LTCP más demandante (WAC
o MC LCC). Todo ello mediante
la coordinación adecuada entre
OTAN y UE para optimizar el empleo
de las estructuras de mando
y control existentes (como el EC) y
pendiente de la decisión nacional
de las naciones marco.
En todo caso el EC, para mantener
su dualidad OTAN/UE y no perder