O AP M: el Arcángel
Miguel, sobre el arcángel
que está a su derecha.
O AP G: el Arcángel
Gabriel, sobre el arcángel
que está a su izquierda.
IC XC: Jesucristo, junto
a la cara del niño.
Con estos sencillos
elementos y símbolos el
inspirado artista cretense
consiguió crear este
bellísimo Icono, legando
una maravillosa obra de
arte y al mismo tiempo un objeto para el culto
lleno de simbolismos y contenido teológico.
Tradición
Aunque la leyenda no deja en muy buen
lugar al género femenino, hay que verla desde
su contexto histórico, fi nales de la edad media.
Dirigida a las gentes humildes del pueblo, resalta
los prodigios del icono y contribuye a captar la
atención de los devotos.
Cuentan que en Constantinopla había una
pintura de la Virgen atribuida a San Lucas que se
considerada milagrosa, y que fue destruida por
los turcos en 1453 cuando tomaron la ciudad.
Dos siglos antes de su
destrucción, un artista
desconocido inspirándose
en aquella imagen,
pintó un magnífi -
co icono que se veneró
en una iglesia de la Isla
de Creta hasta mediados
del Siglo XV.
En este siglo, un acaudalado
comerciante cretense
robó la imagen a la
que se le atribuían prodigios
milagrosos y la llevó a Roma.
En ruta se desató una violenta y temible
tormenta. El comerciante tomó el cuadro, lo
sostuvo en lo alto, y pidió socorro. La Virgen le
escuchó y calmó la tempestad llevando a salvo
a la embarcación hasta el puerto de Roma. Allí el
comerciante cayó gravemente enfermo y poco
antes de morir confi ó a un amigo que llevara el
cuadro a una iglesia para recibir un culto digno.
Al morir el comerciante, su amigo romano se
dispuso a cumplir su promesa, pero su mujer le
persuadió de guardar el cuadro en casa. Tras
varias apariciones de la Virgen pidiéndole que lo
llevara a una iglesia para su culto, fi nalmente le
dijo:
- Te avisé, te amenacé, pero como no me has
querido creer, es necesario que tú salgas primero
para que yo pueda encontrar un lugar más digno.
De hecho, el obstinado comerciante
abandonó enseguida su casa, pero en un féretro
y rumbo a la sepultura.
De nuevo se apareció, en este caso a su hija
de seis años y a su viuda para decirle que la
sacaran de casa y la llevaran a una iglesia, pero
una vecina las convenció de mantener el cuadro
en casa. Esta mujer sufrió enseguida el ataque de
terribles dolores, y arrepentida por su mala acción
recurrió a la misericordia de María, curándose al
tocar el milagroso cuadro.
La viuda, la hija y la vecina lo comunicaron a los
Padres Agustinos, encargados de la mencionada
iglesia. La noticia corrió rápidamente por toda
la ciudad, y el 27 de marzo de 1499 se trasladó
el cuadro acompañado de una numerosa
procesión mientras realizaba sanaciones
milagrosas. Finalmente se colocó la imagen
sobre el altar mayor de la iglesia de San Mateo y
permaneció allí durante trescientos años.
Historia
En 1798 las tropas de Napoleón invadieron
Roma, exiliaron al Papa Pío VI arrasando la
ciudad, y con ella 30 iglesias, San Mateo entre
ellas. A pesar de todo, el icono fue salvado en
el último momento por un sacerdote que lo llevó
primero a la iglesia de San Eusebio y después a la
capilla privada de los agustinos en el convento
de Santa María in Posterula.
Noviembre - 2020 Armas y Cuerpos Nº extraordinario 2020 39