Acuartelamiento San Cristóbal
migio de Reims (437-530) fue enterrado en una
capilla dedicada al mártir. En el monasterio del
monte Sinaí, de Jerusalén, existió un cuadro de
San Cristóbal pintado en tiempos del emperador
Justiniano hacia el año 550. San Gregorio Magno,
en una de sus epístolas, la décima, da por
supuesta la existencia de un monasterio de San
Cristóbal en Sicilia y de una basílica en Milán. En
el breviario mozárabe, compuesto por San Isidoro
de Sevilla (636) se conserva el rezo del ofi cio de
San Cristóbal.
San Pedro Damiano (1072) escribió y predicó
un sermón en honor del santo mártir. La memoria
de su triunfo aparece en el Menologio de los griegos
y en todas las ediciones del martirologio y su
misa se halla en todos los misales de todas las iglesias,
tanto orientales como occidentales, no hace
falta seguir. Es evidente que a partir del medioevo,
la devoción a San Cristóbal es tan universal
que difícilmente se encuentra otro santo que le
iguale en popularidad aquende y allende de los
mares. La existencia del mártir no puede ser negada
como lo ha demostrado el Jesuita Nicolás
Serarius en su tratado sobre las letanías (Colonia
1609) y por Molanus en su historia de pinturas sagradas
(Lovaina 1570).
En 1386 fue fundada una hermandad bajo el
patronato de San Cristóbal en el Tirol y Voralberg.
En 1517 un Cristóbal de sociedad de templanza
existió en Carintia, Styria, Sajonia y Munich. En Venice
se profesaba gran devoción al santo entre
los desembarcados del Danubio y del Rhin y otros
ríos en los que las inundaciones causaban fuertes
destrozos.
Monedas con su imagen fueron acuñadas
en Wütemberg y Bohemia. Sus imágenes fueron
colocadas en las entradas de iglesias, viviendas
y frecuentemente en los puentes normalmente
con una inscripción “Quien contemplara la imagen
de San Cristóbal no desmayará o caerá en
este día”.
Es uno de los cuatro santos protectores y ha
sido elegido como patrón por Baden, Brunswiick
o Mecklenbourg y otras ciudades como Riga (Letonia),
La Habana (Cuba), Paete (Filipinas), Barga
(Italia), Roermond (Países Bajos), Modium de Basto
(Portugal) o Agrimino (Grecia). Además existen
ciudades con su nombre en Venezuela, Colombia
o República Dominicana y España, San Cristóbal
de la Laguna.
Su patronazgo se extiende a varios trabajos artesanos,
como encuadernadores, jardineros, marineros
y por supuesto a todos los viajeros. Inicialmente
haciendo suya la inscripción mencionada
anteriormente, los arrieros lo cogieron como su
protector, pasando a los camioneros y posteriormente
a todos los conductores.
Existe la creencia que sus restos se llevaron a
Alejandría por el Papa Pedro I de Alejandría donde
se identifi ca con el mártir egipcio San Menas.
Su vida corresponde al detalle con el de la leyenda
de San Cristóbal. San Menas se convirtió en
el patrón de los viajeros en la tradición copta a
partir del siglo VI.
Esta leyenda se extendió principalmente a
Francia sobre la mitad del siglo VII y se transmitió
oralmente durante los siglos XII y XIII, transformándose
de leyenda a un sentido realista del personaje.
46 Armas y Cuerpos Nº extraordinario 2020 ISSN 2445-0359