Santa Bárbara
Patrona de los
artilleros
Revista A&C Nº 136. Diciembre de 2017. Páginas 98-103
Fernando Ruiz Idiago
Coronel de Artillería
Jefe de la Jefatura de Apoyo y Servicios de la AGM
Cada cuatro de diciembre los Artilleros conmemoramos el Patronazgo de Santa Bárbara. Rememoramos
ese día una tradición inmemorial de la que nos sentimos orgullosos y de la que tenemos el deber y el
compromiso de conocer y mantener.
Armas y Cuerpos funde nuestro emblema,
en unión y hermandad sin igual, dice el Himno
de nuestra Academia General Militar. Esa unión
y hermandad se fundamenta en la fortaleza de
cada una de las Armas, que deben estar siempre
esperanzadas en su futuro y orgullosas de su
presente y pasado, de los hechos gloriosos en los
que tomaron parte y del mantenimiento de sus
tradiciones ancestrales.
España, uno de las naciones más antiguas de
Europa y, por lo tanto del mundo, es depositaria
de tradiciones milenarias y el Ejército custodio de
ellas y de la obligación de mantenerlas.
La tradición del patronazgo de las Armas
en nuestro Ejército es uno de los legados más
importantes que debemos conocer, conservar y
transmitir a las siguientes generaciones.
Disfrutemos, así pues, no solo de las
celebraciones de nuestra Patrona: parada militar,
cena de compañeros, comida o garbanzada,
juegos cuarteleros, todo ello rodeado de gran
hermandad, sino también conociendo un poco
más a nuestra Santa Patrona, Santa Bárbara.
Tradición y leyenda
La tradición más unánimemente admitida
respecto a la vida de la Santa la sitúa en la actual
Turquía a comienzos del siglo III; de forma muy
resumida, habla de una joven que se convirtió
al cristianismo por lo que fue encerrada en su
castillo por su padre, que era pagano, para
forzarla a la apostasía; al no conseguirlo, le infl igió
toda clase de maltratos y torturas hasta terminar
decapitándola, momento en el que, en castigo a
su maldad, fue fulminado por un rayo.
Existe otra leyenda, más tardía en el tiempo
(siglo V) totalmente distinta y de menor difusión, la
cual refi ere que Santa Bárbara había nacido en
Hippo (Argelia); habla igualmente de una bella
joven que, para evitar la toma de su ciudad y
del convento en el cual habitaba, hizo provocar
su explosión y el aniquilamiento de defensores y
atacantes.
Hablaré con algo más de detalle de ambas
tradiciones o leyendas.
78 Armas y Cuerpos Nº extraordinario 2020 ISSN 2445-0359