Francisco de Goya Santa Bárbara 1773
La primera referencia a la devoción y culto
público a Santa Bárbara en España es de 1248 y
se refi ere a la conquista de Alicante y su castillo
por don Alfonso (más tarde Alfonso X el Sabio),
el día 4 de diciembre de dicho año. De ahí el
nombre dado al castillo, que cuenta en su interior
con una capilla dedicada a la Santa.
Casi desde el nacimiento de la artillería
medieval, y probablemente por la intervención
del rayo destructor en el relato de su martirio, los
artilleros europeos se acogieron al patronazgo
de Santa Bárbara, como se demuestra en un
documento de 1431 en el que especifi ca que las
compañías de artillería francesas se constituían
bajo el amparo de esta Santa, o en otro que
recoge los estatutos de 1477 de los culebrineros y
los arcabuceros de Gante, en los que también se
menciona su patrocinio.
En 1489, y precisamente el 4 de diciembre,
tuvo lugar la conquista de Baza. De ahí que sea la
Patrona del lugar. La importancia artillera de esta
localidad granadina era considerable hasta que
se conquistó Málaga, ciudad preferida por poder
atender mejor las necesidades del Mediterráneo.
Otra particularidad es que en la Sierra de Baza
existe un topónimo curioso: el Vértice de
Santa Bárbara (2269 metros).
La aseveración más consistente con
respecto a la relación entre la Santa y
los Artilleros es la mención que hace
en 1500 fray Sebastián Coll, del
convento de Nuestra Señora de
las Mercedes de Barcelona, sobre
la existencia de una Cofradía de
Santa Bárbara de los Artilleros,
así como el hecho de que
la iglesia de aquel convento
estaba dedicada a la Santa y
“tenía las Armas de Artillería”.
El documento más antiguo
que se conoce, que cita su
patronazgo sobre los Artilleros
es el “Recibo de la Pólvora”
consumida con ese motivo en
el castillo de Burgos, el día 04
de diciembre de 1522 y dice lo
siguiente:
“Yo, Don Juan de Acuña,
Alcaide del Castillo de Burgos
por S.M. digo: que vos Gerónimo
Ximénez Denciso, Tenedor de los
bastimientos de dicho castillo por
S.M. distes por mi mando al Capitán
Terramond, por S.M. el día de Santa Bárbara
para tirar la fi esta de los artilleros, ques aquel
día su fi esta, dos barriles de pólvora para tirar
ciertos disparos de los cañones gruesos y los
morteros de aquel día, que pesarían diez arrobas;
la cual pólvora está a cargo del Mayordomo de
la Artillería, Francisco de Xerez; y por ques verdad
que lo dio en dicho día a cuatro de diciembre de
mil quinientos vente y dos, lo fi rmo en mi nombre
Don Juan de Acuña”. (Archivo de Simancas,
Guerra, Mar y Tierra, legajo 3º, año 1522. Tomado
del Memorial de Artillería de 1884).
Para los franceses, el pañol de municiones en
los barcos se llamaba “Sainte Barbe”, al igual
que para nuestros marinos la “Santa Bárbara” es
el sitio de las naves de guerra donde guardan
las municiones, para indicar que ponen bajo la
protección de nuestra santa los almacenes más
secretos, en los que va guardada la pólvora y
en donde se encierra el mayor peligro para la
tripulación.
El emperador Carlos V (1519-1556) decretó en
las escuelas de artilleros de Burgos y Cecilia leyes
y ordenanzas por las cuales los artilleros debían
santiguarse y pedir ayuda a santa Bárbara cada
vez que metían una bola en el cañón. Si alguien
no cumplía la orden debía, como castigo, honrar
con dos onzas de cera a la hermandad. Santa
Noviembre - 2020 Armas y Cuerpos Nº extraordinario 2020 81