1919: LA LEGIÓN EXTRANJERA EN ESPAÑA, UNA REALIDAD INMINENTE Corría el año 1909 cuando, el 9 de ju lio, en Marruecos, los rebeldes pro vocaron la muerte de seis obreros españoles que trabajaban en el ferro carril. El general Marina, comandante general de Melilla, se desplazó has ta la zona y expulsó a los atacantes a costa de algunas bajas. La agresión exigía una respuesta y para ello en la Península se organizaron unos re fuerzos expedicionarios con destino a Melilla que recibieron el nombre de Brigadas Mi

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1919: LA LEGIÓN EXTRANJERA EN ESPAÑA, UNA REALIDAD INMINENTE El año 1919 fue decisivo para que se aprobara la creación de una Legión extranjera en España. Desde años antes, diversos ministros de la Guerra habían trabajado para conseguir que fuesen tropas voluntarias quienes prestasen servicios en el Marruecos español. Finalmente fue el general Tovar, Ministro de la Guerra, quien comisionó al comandante Millán Terreros para que en octubre de 1919 estudiase cómo funcionaba la Legión extranjera francesa en Argelia. Tras pasar más de veinte días entre los legionarios franceses, regresó a España con las lecciones aprendidas. Elevada la propuesta al Consejo de ministros, el 28 de enero de 1920 Alfonso XIII firmó el decreto de creación de una unidad militar armada Corría el año 1909 cuando, el 9 de ju - lio, en Marruecos, los rebeldes pro - vocaron la muerte de seis obreros españoles que trabajaban en el ferro - carril. El general Marina, comandante general de Melilla, se desplazó has - ta la zona y expulsó a los atacantes a costa de algunas bajas. La agresión exigía una respuesta y para ello en la Península se organizaron unos re fuerzos expedicionarios con destino a Melilla que recibieron el nombre de Brigadas Mixtas de Cazadores. Para componer sus plantillas en pie de - - - - - - - - - - - - - -- guerra se emitió una orden de movili zación y sus filas se completaron con los soldados que cumplían su tercer año de servicio activo y que, con li cencia ilimitada, ya hacían vida en sus hogares. Al ser insuficientes, también se movilizó a los de la primera reser va que, al haber finalizado su servicio activo, ya se creían libres de obliga ción militar. La medida fue recibida de una forma muy negativa por el pueblo y tuvo su máxima expresión en Barcelona. Durante el embarque del batallón de cazadores de Reus, los soldados gritaron: «¡Abajo la guerra! ¡Que va yan los ricos! ¡Todos o ninguno!». Un alegato que tenía fundamento en una injusta ley de reclutamiento que ad mitía situaciones como la redención a metálico y la sustitución, median te las cuales pagando unas canti dades se evitaba el servicio militar.Aquel fue el origen de la Semana Trágica. Se desencadenó una huel ga que dejó a la ciudad sin agua, luz, ferrocarril y telégrafo, y que en poco tiempo se transformó en insu rrección cuando se detuvieron los tranvías, se quemaron edificios re ligiosos, se profanaron tumbas y se levantaron barricadas en las calles para intercambiar disparos con las fuerzas del orden. La respuesta del gobierno de Antonio Maura y la fal ta de seguimiento en otras ciudades hicieron descender la virulencia de la protesta y la ciudad fue recuperando la normalidad. Aparte de los proble mas políticos y sociales que surgie ron, la protesta se reavivó el día 23 Antonio García Moya Subteniente de Infantería reserva 92 /Revista Ejército n.º945 • diciembre 2019


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