revista de aeronáutica y astronáutica / septiembre 2021
McDonnell Douglas F-4 Phantom 695
LOS COMIENZOS… Y EL FINAL
Con la firma de los acuerdos de
defensa hispano norteamericanos
de 1953, comenzaron a llegar a España
los primeros aviones de caza,
que junto a las bases aéreas y los
radares constituían el sistema de defensa
aérea. El primero, en 1958, fue
el famoso Sabre F-86F, nada menos
que 270 unidades. El siguiente sería
el Starfighter F-104G con 21 unidades.
Posteriormente en 1971 llegaron
los Phantom F-4C, inicialmente
36, basados en la base aérea de
Torrejón. El 25 de mayo de 1972 comenzaron
a prestar servicio de alerta
real. Fue en 1978 cuando aparecieron
los primeros Phantom RF-4C, de
reconocimiento (RECCE), sin armamento,
hasta un total de 18, creándose
en 1989 el 123 Escuadrón. El
que suscribe tuvo el privilegio de
ser el primer jefe de ese escuadrón
durante un año, hasta que fue destinado
al F-18. En 1989 se dieron de
baja los F-4C siendo sustituidos por
el F-18 Hornet que con los Eurofighter
constituyen actualmente la punta
de lanza de nuestra defensa aérea.
Finalmente en 2002 fueron inmovilizados
los últimos RF-4C desactivándose
el 123 Escuadrón.
¿QUÉ PODÍA Y QUÉ NO PODÍA
HACER ESTE FORMIDABLE AVIÓN?
El Phantom era un cazabombardero
pesado, biplaza, nuclear (podía
portar un arma táctica), de largo alcance,
diseñado para los portaviones
de la US Navy, que pronto fue adoptado
también por Marines, la USAF y
Guardia Nacional. En consecuencia,
todo en él era duro y pesado, acero,
hierro y titanio, con un tren muy
robusto y un gancho increíble, para
asegurar su frenado en los cables
del barco en cualquier condición.
Su diseño responde al concepto
de la época de que «cualquier cosa
hasta un ladrillo puede volar si lleva
un par de potentes motores». Las
puntas de ala dobladas hacia arriba
para su mejor aparcamiento, sus
grandes toberas de entrada de aire
y de salida de gases, sus bordes de
ataque en «diente de perro» y sobre
todo sus grandes estabilizadores de
cola colocados en diedro invertido
de 23.º, hacían su silueta inconfundible.
Era conocido cariñosamente
como The Big Ugly. Esa silueta y sus
humeantes motores le hacían visible
e identificable a muchas millas, con
lo que se perdía el factor sorpresa en
el combate aire-aire. Para evitarlo se
metía postquemador mínimo hasta
el cruce y desaparecía el humo. Los
últimos modelos de la producción ya
llevaban motores smokeless que no
dejaban rastro.
SUS CAPACIDADES…
En el Phantom todo era grande,
enorme e impresionante, empezando
por sus cifras. 54 000 libras
de peso máximo al despegue, con
30 000 libras de peso mínimo. Podía
llevar hasta 20 000 libras de combus-
Phantom realizando un viraje
F-4E esquema