Supervisor de carga con niños en la plataforma del aeródromo de Foumban
revista de aeronáutica y astronáutica / septiembre 2021
el Destacamento Mamba en el recuerdo 739
Afortunadamente no volvió a fallar
en el resto del vuelo. Llegando
al destino del tramo uno del viaje,
nubes bajas y montañas altas alrededor,
un vistazo al radar y una vez
situadas las montañas circundantes,
se comenzó a dar vueltas hasta que
se abrió un hueco en las nubes y el
avión se coló por él. Tras atravesar las
nubes se divisa la pista de aterrizaje,
nada por aquí y nada por allá, ni una
aeronave, ni torre de control, ni una
persona hasta que después de aterrizar,
la aeronave llegó a la plataforma
que estaba cerca de un grupo de
viviendas. En ese momento empezaron
a salir niños de todos los lados y
rodearon expectantes el T-21.
El protocolo es no darles galletas
ni chocolate porque puede pasar
que acaben por rebasar el perímetro
de seguridad del avión, pero hay
veces que la tentación de hablar
con ellos es tan grande que se acaba
por hacerlo. El equipo de seguridad
rodeó el mismo, esta vez sin
armamento pues la zona no tenía
amenazas. Dos militares cameruneses
se acercaron en una moto y más
o menos se hicieron cargo de la situación,
el relevo del destacamento
francés que venía en el avión empezó
a bajar, se despidió y desapareció
tras una loma.
Tras una espera de una hora para
cumplir el horario del ATO2 (Air Tasking
Order) el T21 comenzó la carrera
de despegue con un montón
de niños corriendo a los lados del
avión, para ellos fue muy divertido.
Los pilotos seguramente no pensaban
lo mismo.
El segundo tramo del viaje tenía
como destino la capital del país
Yaundé, donde había que recoger
a un equipo de militares franceses
que habían terminado su trabajo
para llevarlos de vuelta a Libreville,
cada 14 días se hacían el relevo. Esta
vez era un aeropuerto internacional
y nada tenía que ver con el anterior
pero eso sí, la impronta africana no
tardó en aparecer en forma de cisterna
de combustible, la cual resultó ser
un tractor tirando de un aditivador/
cisterna donde ponía JET A-13. El
supervisor de carga se dirigió hacia
la unidad repostadora poco convencional
para comprobar lo que querían
echar en los depósitos y detrás
de él fue el resto de pilotos. Al final
y como con todo en este continente,
hay que tener fe en la providencia.
Después de una hora de espera
el comandante de la aeronave española
le preguntó al convoyeur4
francés donde estaba el relevo que
habíamos venido a recoger; este les
llamó por teléfono pero no contestó
nadie, entonces el piloto le dijo que
a la hora marcada por el ATO el viaje
continuaba y así fue, nos volvimos de
vacío a Libreville.
SOBREVOLANDO LA SELVA DEL
CONGO
También hubo oportunidad de
volar a la capital de la República
Democrática del Congo (RDC), Kinshasa,
donde había que recoger a
un grupo de generales y coroneles
Descarga del T21 en la plataforma del aeródromo de Foumban