Seguridad de uso del equipo de inmersión CRABE con relación a la aparición de edema pulmonar de...
Sanid. mil. 2021; 77 (3) 127
0.08 m/s, p=0.417), reduciendo así la ratio E/A (1.4 ± 0.21 vs
1.07 ± 0.22, p<0.001). Como en el caso anterior, aunque esta-dísticamente
significativos estos cambios, numéricamente y clí-nicamente
no presentaron significación. Se detectó insuficiencia
tricuspídea significativa en 7 pacientes (50%), pudiendo estimar
un gradiente AD-VD dentro de la normalidad, tanto basalmente
como tras la inmersión (17.74 ± 2.29 Vs. 13.12 ± 4.15 mmHg;
p=0.176). Todos los paramentos ecocardiograficos se encuen-tran
detallados en la Tabla 3. Los niveles de NT pro-BNP basa-les
fueron de 29,78 ± 24,38 pg/mL. Tras la inmersión se produjo
un ascenso no significativo a 39,11± 19,21 pg/mL (p=0,208). Los
niveles alcanzados tanto pre como post se encontraron dentro
del rango de la normalidad (Figura 4). No se observó ninguna
correlación significativa entre ninguna de las variables a estudio.
Figura 4. Niveles de NT proBNP en sangre basalmente y tras la in-mersión
(fase de 120 minutos de fondo). Las cajas denotan niveles
del biomarcador, las barras el error estándar.
DISCUSIÓN
Los principales hallazgos de este estudio fueron: 1) la utiliza-ción
del equipo CRABE a 10 metros de profundidad a tiempos cre-cientes
hasta 120 minutos no se acompañó de clínica ni semiología
de edema pulmonar; 2) tras 120 minutos de fondo el 64,2% de los
sujetos presentan ACC en la eco pulmonar como representación
ecográfica de líquido intersticial, sin embargo sólo 3 de 14 sujetos
presentan un contaje de líneas caracterizado como grado ligero de
extravasación de liquidolíquido intersticial, estando el resto por
debajo de este límite. Y 3) se comprobó la ausencia de sobrecarga
ventricular al no presentar aumento de volúmenes ventriculares ni
elevación niveles de NT proBNP. En definitiva, se comprueba que
no hay una extravasación significativa de líquido al intersticio pul-monar
ni cuadro clínico compatible con edema de pulmón.
La fisiopatología del EPI continuacontinúa sin ser totalmente
elucidado, aunque se han generado algunas hipótesis. Las prime-ras
están relacionadas con cambios en la fisiología cardiaca, par-ticularmente
con aumentos en la precarga por la redistribución
vascular16. También se ha sugerido disbalancesdesbalances entre el
volumen latido de cavidades derechas e izquierdas7,8. Otros autores
han sugerido alteraciones transitorias en la función contráctil de los
ventrículos (similar a las miocardiopatías de estrés)17,18. Asimismo, la
influencia de los factores externos (frio, ejercicio, estrés) se relacionan
con el sistema cardiovascular mediante una serie de efectores bioquí-micos4,6,11.
Especial importancia parece tener el aumento de presión
del capilar pulmonar, motivado sobretodosobre todo por el ejercicio
físico intenso4,6, así como las presiones respiratorias negativas durante
la inmersión cuyo origen es multifactorial (diseño del equipo respira-torio,
aumento densidad de los gases respirados al incrementarse la
profundidad, broncoconstricciónbronco constricción por frío…)11.
Desde el punto de vista clínico, el EPI es superponible sintomato-lógicamente
con otros tipos de edema pulmonar, por lo que el diag-nóstico
está basado en las mismas pruebas20. En los últimos años, el
uso de la ecografía pulmonar para el diagnóstico del edema pulmo-nar
se ha hecho más frecuente en la práctica clínica habitual14,15. En
la exploración se caracteriza la extravasación de líquido al espacio
intersticial pulmonar, que se visualiza como ACC14,15. Estas guías
definen el número mínimo de este tipo de artefactos para ser consi-derado
insuficiencia cardiaca o edema pulmonar15. De hecho, se ha
relacionado la práctica de buceo con la aparición de ACC7.
Estudios preliminares demuestran que un alto número de suje-tos
desarrollan ACC tras la inmersión, pero sin correlación clínica
de EPI7. Por lo tanto, la sospecha es que la aparición de líquido
en el intersticio pulmonar podría indicar una forma preclínica de
EPI21. Por otro lado, podría tratarse de una respuesta “fisioló-gica”
a los cambios cardiovasculares inducidos por la inmersión
y modulada por los factores externos antes mencionados. Por lo
tanto, es importante no solo continuar con los avances en la com-prensión
en los procesos fisiopatológicos que pueden asociar la
extravasación de fluido (ACCs) con el EPI clínico, si no también
utilizar unos criterios diagnósticos válidos. En el caso del presente
estudio, se usaron la clasificación para edema pulmonar cardiogé-nico14.
Como antes hemos destacado, solo tres sujetos presenta-ron
un contaje de ACCs que podría considerarse extravasación de
grado ligero, pero nunca edema de pulmón.
Otro punto diagnóstico en el fallo ventricular agudo, en forma
de insuficiencia cardiaca (o su forma más grave de edema pulmonar)
se apoya en la utilización de biomarcadores como representación
de ese daño agudo. El NT proBNP es un marcador relacionado
con el incremento de las presiones ventriculares de llenado, y que se
ha convertido en una herramienta diagnóstica esencial en la prác-tica
habitual, con significado pronóstico y especial relevancia en el
diagnóstico diferencial de la disnea22,23. En el presente estudio, no
se registraron elevaciones significativas de niveles de NT proBNP,
siendo en todo momento los niveles registrados sin exceder el punto
de corte preestablecido para diagnóstico de insuficiencia cardiaca
(125 pg/mL de NT proBNP)22, 24. Por ello, se confirma la ausencia
de diagnóstico de edema pulmonar en estos sujetos.
La alerta relacionada con la asociación de EPI y el sistema
de buceo semi-cerrado CRABE ha hecho que diferentes nacio-nes
usuarias de este equipo hayan restringido mucho la duración
máxima de las inmersiones, lo que supone una importante merma
operativa del equipo. Si bien es cierto que el buceo con equi-pos
semi-cerrados produce un aumento del trabajo respiratorio
durante la inmersión y por tanto un factor de riesgo adicional de
EPI, no es el único factor ni el más importante11,18. Por otra parte
el diseño del equipo CRABE, demuestra mejorar los parámetros
de trabajo tanto inspiratorio como espiratorio con respecto a los
equipos precedentes (DC-55), cuya fiabilidad no se ha cuestionado