Aparicio-Tovar M.A.
“Dejaron en Francia ya en Montpeller, 26 Yeguas, de las quales, quatro
parieron cinco Potros”. Referencia que aporta un dato interesante y es
un parto gemelar en équidos. Hecho poco frecuente17 y no deseado por
los problemas que suele ocasionar en la madre y en las crías18,19.
En Montpellier quedaron las yeguas hasta que parieran las que
estaban próximas al parto y se recuperaran, para no someter a las
madres y a las crías al estrés y al esfuerzo de una marcha tan dila-tada.
Por tanto, continuó Papagalli conduciendo los caballos por la
siguiente ruta: Montpellier, Flaverge, Gigean, Saint Loupan, Ville-magne,
Pezenas, La Begude de Jorry, Beziers, Orba, Niessan, Nar-bonne,
Villedaiane, Syean, La Palme, Salces, Perpignan, Le Boulou
desde donde alcanzaron la frontera en La Junquera (Mapa 2).
Nada más entrar en España Papagalli pidió dinero y en Figueras,
primera parada a tres leguas después de la frontera de la Junquera
recibió veintiún mil seiscientos reales de vellón del depositario de
los caudales de “la Plaza de San Fernando”, asimismo pidió dos o
tres galeras y una calesa para continuar viaje, vehículos que le serían
entregados en Barcelona.
El viernes 21 de marzo de 1760 la comitiva durmió en San
Celoni y llegó a la capital barcelonesa el domingo siguiente, día 23
“a las diez de la mañana”20. Es decir que desde San Celoni a Barce-lona
emplearían un día, el sábado 22 y unas horas del domingo tem-prano
para recorrer una distancia de 9 leguas, unos 50 kilómetros.
Distancia considerable para tan escaso tiempo, aunque factible por
el hecho de ir solo con los caballos adultos y posiblemente desea-ran
recuperar el tiempo perdido por la parada de Montpellier por el
parto de las yeguas y las dificultades del paso de los Alpes.
Finalmente, el día 24 de marzo tenemos la confirmación de que
la comitiva llegó a Barcelona el día 23, según informa el Marqués
de la Mina, que reitera la cantidad de dinero que pidió y recibió
Papagalli en Figueras. La llegada de los caballos a Barcelona genera
una notable actividad para el acomodamiento de los caballos y una
intensa comunicación a la Corte sobre los mismos. Junto con el
informe que envía el Marqués de la Mina al Marqués de Squilace el
día 24 de marzo confirmando la llegada de los caballos; se incluye
una nota particularmente interesante en la que hace una relación de
los animales que llegan en la partida y son los siguientes:
Tabla 1. Caballos llegados a Barcelona el 23 de marzo de 1760
162 Sanid. mil. 2021; 77 (3)
Nº de ca21bezas
De montar la persona(1) 6
De coche
Color perla 10
Castaños dorados 10
Castaños obscuros 10
Palafrenes 2
Equipaje 4
Total 42
Fuente: Legajo c3_316_2. Elaboración propia
En Barcelona los animales fueron alojados en las Ataraza-nas,
donde se les proporcionó cebada, paja y “luzes”22, se les
proporcionaron algunos elementos de protección solicitados por
el camino, como unas “cubiertas de lienzo”23 en número de 30
para los caballos, que prestamente fueron ordenadas confeccio-nar
con lienzo de Gante para protegerlos de las inclemencias,
especialmente de la lluvia, ya que parece fue un invierno bastante
lluvioso. Unas cubiertas que esperaban fueran pagadas con los
sesenta mil reales de vellón que le fueron entregados a Papagalli
a la llegada a Barcelona.
A pesar del viaje extensísimo que habían recorrido desde Nápo-les
hasta Barcelona, más de 1.800 km por la ruta que siguieron, el
estado de salud de los animales parece que era excelente a juzgar
por el juicio e informe que envía el Marqués de la Mina al Mar-qués
de Squilace, fechado el 24 de marzo de 1760 en el que decía
textualmente: “los vi, son hermosos, y van en muy buen estado, sin
embargo, el dilatado viage que han hecho y esto acredita el cuidado
del Cavallerizo que los trahe a su cargo…”.24
En Barcelona, Papagali tuvo que organizar la marcha de la
comitiva, que en ese momento se había partido en dos grupos, el
de los caballos que habían llegado a Barcelona y el de las yeguas
que venían despacio tras el parto de varias de ellas en Montpe-llier.
Para ello, y siguiendo las órdenes recibidas del Duque de
Medinaceli, recién nombrado Caballerizo Mayor de Carlos III,
para que él esperara las yeguas, dispuso la partida de los caballos
bajo la responsabilidad del cochero mayor Francisco Bartoli. Eso
implicaba también la previsión de los fondos para el camino que
solicitó.
Los caballos salieron de Barcelona hacia Hospitalet a una legua,
donde tenían previsto descansar dos días25, posteriormente conti-nuarían
la marcha a medias jornadas, posiblemente con el objetivo
de ir dando tiempo a que la partida de las yeguas pudiera alcanzarles
por el camino, cosa que no llegó a suceder.
Una vez que se informa de la marcha de los caballos el día 24 de
marzo desde Barcelona no volvemos a tener noticias de ellos hasta
su llegada a Zaragoza, el domingo 6 de abril a las dos de la tarde con
cinco tiros de caballos, bajo la responsabilidad del cochero mayor
Francisco Bartoli. No se informa del número de ejemplares que for-man
esos cinco tiros. Según informe del Marqués de la Fresneda26,
quien desde la década anterior era el Corregidor de Zaragoza, en
escrito fechado el 8 del mes de abril dice que han llegado “sin haber
experimentado hasta aquí desgracia ninguna en los caballos que he
visto y prosiguen en muy buen estado”27. Informa, asimismo, que la
expedición continuará su viaje al día siguiente, el miércoles día 9.
El lunes día 14 de abril se remite al Marqués de Squilace desde
Guadalajara un escrito en el que se le comunica la recepción de la
orden recibida el día 11 pasado según la cual, a la llegada de Fran-cisco
Bartoli con varios tiros de caballos “que conduce de Nápoles”
debe darle dinero y lo demás que necesite, especialmente una “Guía
práctica que lo dirija al Real Sitio de Aranjuez en derechura, sin
entrar en Madrid” (Mapa 3). Tras este dato no hay más referencias
a los caballos, no obstante, seguramente estos eran los que ya se
reflejaron en la Revista del mes de mayo de 1760 donde aparecen
solo 15 ejemplares sin especificar la capa y en el mes de julio apa-recen
35 ejemplares, 8 castaños dorados, 13 castaños oscuros y 14
caballos color de perla.
Las yeguas y potros llegaron a Barcelona el día 19 de abril por
la mañana y fueron alojadas en las Atarazanas donde se las proveyó
de cebada y paja, y se informa que si Papagalli pidiera más “caudal
para la marcha se le subministrará puntualmente” según informa
Joseph de Condamina28, intendente de la plaza de Barcelona, al
(1) Se refiere a los caballos de silla del Rey Marqués de Squilace.