Historia y Patrimonio
HISTORIA
La Batalla de Gaugamela. (Jan Brueghel el Viejo)
Memorial de Caballería, n.º 89 - Junio 2020 103
ADRIANÓPOLIS Y EL ESTRIBO
Mientras que en el impero romano la caballería seguía teniendo un carácter secundario centrada
en el reconocimiento y la seguridad, e incluso sustituida por tropas extranjeras; al otro lado de sus
fronteras, los partos y los godos, desarrollaban nuevas tácticas y procedimientos de empleo y, aún
más importante, mejoraron el equipo y la técnica de montura con la introducción del estribo.
En Adrianópolis (año 376 d.C.) fue el caballero godo, bien afincado en sus estribos, con la protección
de su cota de malla y lanza en ristre el que se impone de forma definitiva a la infantería pesada
de las legiones de cohortes. El regreso de la caballería como arma principal marca el comienzo
de la decadencia del imperio romano.
A partir de esta fecha aparecen tres modelos muy distintos de caballería, por un lado, tenemos
la caballería pesada de la Europa occidental, por otro la reaparición de la catafracta por parte del
Imperio Bizantino y, por último, la caballería ligera de los ejércitos árabes. En cuanto a las misiones,
la caballería pesada estaba más orientada al choque en detrimento de la maniobra, buscaban un
efecto psicológico en sus cargas; sin embargo, los jinetes bizantinos, combinaban de una manera
muy equilibrada la movilidad (flancos y retaguardia), la protección (cotas de malla) y la potencia
de tiro (arcos compuestos orientales). En el otro extremo estaba la caballería ligera árabe en la que
prevalecía la movilidad sobre el resto y aplicaba en todo momento lo que hoy en día denominamos
guerra de maniobras, es decir, maniobrar constantemente con formaciones abiertas buscando los
puntos débiles y atacándolos concentrando rápidamente las fuerzas.
Hacia finales de la Edad Media, vuelven a aparecer las unidades de infantería con formaciones
compactas, bien adiestradas y cohesionadas capaces de sobrevivir a las cargas de la caballería y
arrebatarle su papel preponderante. Este cambio no es debido a una revolución tecnológica o doctrinal,
sino que obedece a motivaciones políticas y sociales, como la necesidad de los monarcas
de disminuir el poder de sus señores feudales, los cuales formaban el grueso de su caballería, y la
búsqueda de la burguesía de alcanzar un mayor estatus social financiando los ejércitos de sus reyes.
El máximo exponente son los Reyes Católicos y los Tercios de Gonzalo Fernández de Córdoba.