Varios
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MISCELÁNEA
«Seiscientos caballos entraban en cada escuadrón de seis mil infantes; la mitad de ellos, hombres
de armas, y la otra mitad ligeros. Cada cien caballos afectos a quinientos infantes, tenía un capitán,
una bandera, y dos trompetas» (5)
Siglo XVI:
Julián de Chía, expuesto más arriba, en sus apuntes históricos, recoge la solemne recepción que
se le hizo en Zaragoza a la Princesa Dª Juana y a su consorte D. Felipe el Hermoso en 1502, en el
que la instrumentación constaba de:
Memorial de Caballería, n.º 89 - Junio 2020
«…trompetas, ministriles y tabals…» (Obra citada 3)
El Conde Clonard, en el tomo II de su Historia Orgánica de las Armas de Infantería y Caballería
Española, escrita en 1851, nos hace referencia a la composición de las Guardas Viejas de Castilla,
en las que en 1512 se vuelven a reformar en dos clases: de Línea y Ligera.
«La primera se compuso de veinte y seis compañías de a cien plazas, aumentándose en cada una
dos trompetas».
«La segunda se organizó en diez y seis compañías de estradiotes o cuadretes de a cien plazas,
también gobernados por un capitán, teniente, alférez y cinco cabos de escuadra; tenían además tres
trompetas, un contador, un herrador, y maestro armero».
(Obra citada 5)
J. García de Mercadal, también nos hace constar la presencia de trompetas, en el recibimiento
de la Emperatriz el 14 de febrero de 1526, que acompañada de sus hermanos, fueron recibidos por
la comitiva española. Esta la formaban:
«…el Duque de Bejar, que venía precedido de ocho trompetas… todos a caballo… Detrás del Duque,
el Arzobispo de Toledo D. Alonso de Fonseca,
con doce trompetas, seis chirimías y tres
mulas portadoras de atabales…con sus armas
bordadas en las banderas de las trompetas» (6)
El Marqués de Lozoya, marca el apogeo de
D. Carlos, en 1530, en el que le son impuestas
tres coronas:la del «Rey de Romanos» en
Aquisgrám, la de «Hierro» en Lombardía, y la
«Imperial» estas el día de San Matías, que era
su cumpleaños, el 24 de febrero.
«En el momento en que el Santo Padre le
ciñó esta corona sobre las sienes, resonó el estruendo
de la numerosa artillería, confundido
con el clamor militar de las trompetas…» (7)
No solo en los acontecimientos para recepciones
estaban presentes las trompetas,
William Thomas Walsh, nos cuenta como Felipe
regresó al palacio de Bruselas para asistir
en la iglesia de Santa Gudula, al entierro del
Emperador el 28 de noviembre de 1558:
«…A la cabeza de la larga procesión iban
sacerdotes y freiles, los cantores de la Capilla
Real,…tras ellos, cuatro timbaleros vestidos de
telefran negro…, y por fin los trompetas, con
estandartes negros…» (8)
Colección General de las Ordenanzas Militares (Tomo I)