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RESURRECCIÓN MEDIANTE LA RCP
Redacción La Legión
El año del Centenario será recordado por el sargento 1º Bujalance,
y no solo por el cien aniversario del alistamiento del primer
legionario, sino por su actuación en un accidente de tráfi co. Antonio
Bujalance Siles, destinado en la Compañía de Transmisiones
de la BCG, continuó el legado de los que le precedieron e hizo
gala del Espíritu de Compañerismo.
El día 18 de mayo, se encontraba comiendo con su cónyuge
en su casa de Huércal de Almería tras una agotadora jornada
laboral cuando escuchó un fuerte estruendo, algo que parecía
un aparatoso accidente. Sin dudarlo, y masticando aún, su último
bocado, salieron corriendo a la calle y su sorpresa fue mayúscula:
un autobús estaba empotrado contra los jardines del
residencial de su vivienda.
El conductor, de unos sesenta años, se encontraba inconsciente
en el vehículo, además, viajaban tres pasajeros que afortunadamente
estaban sanos y salvos. Con la ayuda de su mujer
y varios viandantes que se habían acercado al lugar, consiguió
sacar al herido y, tras comprobar que su pulso y respiración eran
nulos, procedió a realizarle el RCP (Reanimación Cardiopulmonar)
durante diez minutos, tiempo que tardaron los servicios de
emergencia en llegar al lugar y comprobar que el conductor había
sufrido un infarto. Después de varias desfi brilaciones, consiguieron
estabilizarlo y lo trasladaron al hospital, a día de hoy, se
encuentra en perfecto estado.
«Ante una situación así, no tienes tiempo ni de ponerte nervioso,
ya que sabes que una vida está en tus manos y lo único importante
es poder salvarla», manifestó posteriormente, nuestro
héroe con el gorrillo ladeado.
EJEMPLO CIUDADANO
Redacción La Legión
El 17 de mayo, en la localidad de
Paradas (Sevilla), el caballero legionario
Daniel Portillo Rodríguez,
destinado en el ELAC 2 del Grupo de
Caballería Reyes Católicos II de La
Legión, impidió, con decidido arrojo
legionario, que las llamas procedentes
de un contenedor de basura se
propagasen dando lugar a un posible
incendio de mayores proporciones.
Daniel, había salido a practicar deporte
en una urbanización próxima al
lugar donde reside perteneciente a
Paradas (Sevilla), cuando se encontró
con un contenedor que estaba
ardiendo. Anexos a este había otros
tantos, con el riesgo que conllevaba
que el fuego se propagase y, además,
el sitio en el que estaban ubicados -un parque de recreo-, estaba plagado de vegetación. El C.L. Portillo, consciente de
la inminente posibilidad de producirse un incendio mucho mayor si no se actuaba con rapidez, reaccionó de manera inmediata
cogiendo tierra del suelo con sus propias manos para intentar extinguir las llamas y tratar de separar el contenedor prendido
del resto. En este acto, sufrió numerosas quemaduras en las manos.
Así, le encontró una patrulla de la policía local cuando llegó al lugar. Los agentes hicieron uso del extintor que llevaban de
manera infructuosa, debido al fuerte viento de la zona, por lo que el caballero legionario fue corriendo hasta su casa, próxima
al lugar, para volver con su coche cargado de bidones de agua y una pala. Gracias a todo ello, lograron sofocar el incendio.
La actuación del legionario, que fue decisiva para evitar un mal mayor, ha sido reconocida por el alcalde de la localidad, quien
en una carta ha explicado los hechos y transmitido su gratitud para con el legionario, al jefe de su unidad. Una acción que pone
de manifi esto los valores del Credo Legionario, refl ejados también en la vida cotidiana. Un ejemplo de ciudadanía.
12 551 · II-2020 La Legión