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Nuestros Legionarios <<
¿Cuándo obtuvo la condición de subofi cial?
En el año 88 ya existía la Academia de Formación de Mandos Legionarios donde por el método de selección daban la opción
a cabos 1º que cumpliesen algunos requisitos tales como la antigüedad sufi ciente en el empleo, además de reunir aptitudes
idóneas para ser subofi cial. Casi siempre había pocas plazas para realizar el curso, el cual duraba 1 año dividido en 2 fases,
una a distancia o de correspondencia (enviando por correo los exámenes) y otra presente en el Campamento de Benítez (Málaga)
donde entonces se encontraba la Subinspección.
¿Qué tal eran las integraciones de aquellos subofi ciales de la Escala Legionaria con los de la Básica?
Desde mi punto de vista y concretamente en el destino en el que estaba, las relaciones siempre eran buenas. Ya anteriormente
había subofi ciales especialistas provenientes de la Escala Básica y del arma también, aunque estos últimos solían llegar
a Fuerteventura tras un largo periodo de tiempo en el que habían estado pendientes de asignación de destino, los cuales
además, solían ser sargentos 1º. No habían malas maneras ni entre los ofi ciales y subofi ciales con respecto a nuestra procedencia,
fuésemos de una escala o de otra. Con el tiempo, a todos los de mi curso nos integraron en la XII Promoción de la
Escala Básica.
¿Guarda algún recuerdo en especial de su vida militar?
No tengo un recuerdo que destaque especialmente sobre el resto en mi trayectoria profesional, los malos recuerdos se van
desvaneciendo con el tiempo. Sin embargo, una de las decisiones más difíciles recuerdo que fue al terminar el periodo de
mi primer enganche, eran 2 años y los últimos 2 meses nos los daban de permiso o periodo de refl exión. Aquellos 2 meses
supusieron una prueba de fuego para los legionarios que tenían dudas sobre volver a engancharse. Aunque mis mandos me
querían y no deseaban que dejara La Legión, mi decisión fue fi nalmente, seguir siendo legionario.
En 1995, el Tercio 3º comienza su traslado a Almería, ¿cómo fue aquél cambio de ubicación en lo que respecta a la
llegada a aquella BRIM XXIII?
En cierto modo era como un choque de culturas, cada unidad tiene su idiosincrasia y las nuestras eran muy diferentes. Pero
desde el día en que tomé aquella decisión de seguir llevando el gorrillo legionario, he tenido muy claro que quería estar en La
Legión allá donde esta estuviese. Tenía muy buenos recuerdos de Fuerteventura, allí estuve 12 magnífi cos años, además me
casé en el año 90 y llevé mi mujer a la isla donde tuvimos a nuestro hijo. Llegué a la península con el empleo de sargento 1º
estando en la 3ª Compañía de la VII Bandera, realicé el curso NBQ pensando que sería para seguir en esta Unidad. Desgraciadamente
el curso conllevaba una servidumbre y claro, ocurrió que a la vuelta de Kosovo en el año 2000 me encontré con
la sorpresa de que había sido destinado forzoso a Valencia, al Batallón de NBQ en el acuartelamiento San Juan de la Rivera.
Aquél fue mi primer destino fuera de La Legión y para mí que nunca me había planteado dejar el «sarga», aquello fue todo un
«bofetón» moral. Lo cierto es que la experiencia fue muy agradable y aprendí mucho durante ese tiempo.
¿Se planteó en algún momento quedarse en Valencia?
En Valencia también se estaba muy bien y no puedo negar el haberme sentido tentado a trasladarme allí junto a mi familia,
pero nuestras raíces eran ya profundas en Almería, habiendo tenido a mi segundo hijo y adquirido una casa, amén de mi sentir
para con La Legión. Aún hoy en día pienso en lo diferente que hubiera sido nuestras vidas de haber tomado la decisión de
vivir en Valencia.
¿En cuántos destinos más estuvo?
A mediados del 2001, conseguí volver a La Legión, concretamente a la Bandera de Cuartel General donde estuve hasta el
2003, año en el que ascendí a brigada. Como consecuencia de mi ascenso, quedé pendiente de asignación de destino durante
un breve periodo de tiempo y posteriormente me destinaron forzoso al Batallón del Cuartel General del Mando de Canarias
en Ollafría (Tenerife) donde permanecí hasta el 2008. A pesar de la distancia de aquel destino hasta Almería, donde quedó
mi familia, no tengo ninguna mala palabra que decir sobre aquellos mandos que tanto me apoyaron y facilitaron mis viajes a
551 · II-2020 57 La Legión