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>> Pasado, Presente y Futuro
CANCIONES LEGIONARIAS
Teniente Jorge Vergara del Cerro
1ª Cía. / IV Bandera
La Legión, desde su creación, se ha caracterizado por ser
una Unidad de choque, donde los valientes legionarios no
dudan en entregar su vida por España si es preciso. Pero si
algo los caracteriza es el buen humor y la alegría presente
en cada uno de sus actos.
Manifestación de ello son los cánticos legionarios entonados
al despertar, al salir a la marcha y al combatir, los
cuales han perdurado durante los cien años de historia de
este glorioso cuerpo.
Al principio, se entonaban las canciones que conocían los
legionarios: el Himno de Infantería, La Madelón u otras que
traían los extranjeros alistados como el Deutschland Über
Alles alemán o el Tipperary inglés. Sin embargo, Millán-Astray
pronto quiso que los legionarios tuvieran sus propias
canciones, encargando a Francisco Cales, músico militar y
amigo suyo, una composición para adoptarla como himno
ofi cial. Así nació la primera canción legionaria: Tercios Heroicos
(originalmente llamada Himno de los Legionarios).
Solo unos meses más tarde, el comandante Guillén Pedemonti
escribiría La Canción del Legionario. Cuando la leyó
a sus capitanes Arredondo, Castillo y Ortiz de Zárate, estos
quedaron emocionados y uno de ellos respondió: «No le
extrañe nuestra sensibilidad. Para nosotros La Legión es
algo tan querido, tan íntimamente nuestro, que nos hemos
emocionado así, pensando en lo que va a suceder cuando
la conozcan los legionarios.».
El compositor Modesto Romero le pondría música bajo encargo
de Millán-Astray y, estando este en Madrid recuperándose
de una herida sufrida en la toma de Nador, llamó a
ambos para que le mostrasen el himno.
La canción se interpretó así, por primera vez, en un auditorio
de heridos en combate ingresados en el Hospital de
San José y Santa Adela. Años más tarde, se convertiría
en el himno ofi cial, perdurando como tal hasta la fecha.
Pero tal vez la más conocida de todas las canciones sea
El Novio de la Muerte. El 7 de enero de 1921, estando en
Beni Hassan, cerca de Tetuán, alcanzó gloriosa muerte el
primer legionario: Baltasar Queija de la Vega.
Cuenta la leyenda que, cuando sus compañeros encontraron
su cadáver, hallaron en los bolsillos de su camisa
versos llenos de emoción y sentimiento acerca de la noticia
de la muerte de su novia y su deseo de pronto reunirse con
ella.
Leyenda o no, Queija sería conocido desde su muerte
como «el poeta», y sus versos inspiraron al letrista Fidel
Prado Luque que, con música del catalán Juan Costa Casals,
creó la canción de El Novio de la Muerte.
La cupletista Lola Montes cantó por primera vez la canción
en el Teatro Vital Aza de Málaga, consiguiendo un enorme
éxito. Millán-Astray la convirtió inmediatamente en himno
de La Legión.
En 1952, el director de la Banda de Música de La Legión,
Ángel García Ruiz, adaptó la música de este himno al paso
procesional de los desfi les de la Semana Santa de Ceuta,
siendo la forma más habitual de interpretación hoy día.
Otras muchas canciones fueron creándose y entonándose
a lo largo de los años, como las instrumentadas por el comandante
Escrivá Alapont: Un Inglés que Vino de London,
que cuenta las vivencias de un ciudadano británico que
se alistó en el Tercio de Extranjeros atraído por su fama;
88 551 · II-2020 La Legión