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Pasado, Presente y Futuro <<
La AGT Málaga se reunió en el Campamento
de Viator (Almería) para el
adiestramiento e instrucción de la misión
de ayuda humanitaria en BiH (Bosnia-
Herzegovina), y desde allí, en octubre de
1992, se desplazaron hacia ese país sin
crear su distintivo, lo que acontecería a
su regreso en 1993 emulando lo realizado
por la agrupación que los relevó.
En los primeros meses de 1993 se decidió
designar el nombre de Málaga II a
la nueva AGT. Sin embargo, la propuesta
del coronel del Tercio 3º de denominarla
AGT Canarias, es aprobada en febrero
por el teniente general José Antonio
Romero Alés, jefe de la Zona Militar de
Canarias que lo eleva al EME. Es finalmente,
el 4 de marzo de 1993, cuando el
JEME (Jefe de Estado Mayor del Ejército),
nombra oficialmente a la AGT Canarias
como relevo de la AGT Málaga.
El 27 de marzo se constituye la AGT
Canarias en el campamento Álvarez de
Sotomayor de Viator (Almería), momento
que se recoge en el Libro de Oro, actualmente
en el Museo del Ejército de Toledo.
Pero, ¿quién es el artista que dibuja y
hace impresionante este emblema? Se
trata del cabo 1º Alejo del Tercio 3º, destinado
en aquellos momentos en la PLMM
de la agrupación. En un barracón del
campamento de Viator que usábamos
como despachos, oficinas, enfermería y
alojamiento, con su ágil mano lo dibujó
con detalle, siguiendo las indicaciones de
su coronel. En cuanto a la descripción del
blasón, fue realizado por el sargento 1º
Bueno Morales, miembro también de la
plana mayor y diplomado en heráldica.
El emblema refleja la pertenencia de la
unidad a las UNPROFOR (Fuerzas de
Protección de las Naciones Unidas) para
BiH, a la Fuerza de Acción Rápida española,
y la mayoría de sus componentes
destinados en Canarias.
En la foto del Libro de Oro se muestra la
imagen de lo relatado, se aprecia el trabajo
del artista y se recoge la dedicatoria
de S.M. el Rey. También es testigo de la
denominación como Compañía Muñoz
Castellanos, a la compañía del Tercio 1º
que llega a la zona en apoyo de las operaciones
de «Interposición de fuerzas en
Conflicto y Ayuda Humanitaria».
Una vez realizado el escudo de la AGT
Canarias, surge la duda de su ubicación
para que sea visible, dado que el chaleco
antifragmentos cubre toda la parte superior
del uniforme de campaña. Serían dos
magníficos legionarios, los cabos Mamadu
y Jata, integrantes de la UAL (Unidad de
Apoyo Logístico) de la nueva agrupación,
expertos también con las máquinas de coser,
quienes fijan en el frente y centro del
chaleco los velcros para que se pueda adherir
el parche con el escudo y la divisa del
empleo. Arreglaron en pocos días mas de
1. 300 chalecos.
Al recordar al cabo 1º Alejo me ha venido a
la memoria una anécdota legionaria de su
persona. Cuando se designó a la VIII Bandera
para formar parte de la AGT como unidad
de maniobra, sus componentes estaban
empeñados en llevarse a su mascota,
un ejemplar de cabrito enorme. Al coronel
del Tercio 3º designado para el mando de
la agrupación, no le parecía oportuno llevar
animales a una misión tan complicada,
tan alejada del protocolo propio de desfiles
u otros actos oficiales. No obstante, para
no defraudarlos permitió que llevasen algo
más pequeño y manejable. Cuál fue su
sorpresa al comprobar que su decisión se
la habían tomado en serio sus legionarios
ya que le propusieron
llevar como
mascota a la «lorita
Piluca», quien la
portaría y cuidaría
el cabo 1º Alejo.
Al hilo de lo narrado
previamente en
relación a la por
aquel entonces teniente
médico Hernández
Frutos (hoy
coronel en activo),
habría que destacar
que junto con
la hoy capitán ATS
(Asistente Técnico
Sanitario) Alicia Moreno Moreno, alférez
en aquel momento, fueron las primeras
damas legionarias que encuadradas en la
AGT Canarias, conformaron los equipos
de sanidad. La prensa de aquellas fechas
hace eco de este hecho.
Veintisiete años después, las unidades
españolas que se despliegan en misiones
y operaciones en el exterior lo hacen con
los emblemas diseñados en sus guiones
y portados, junto con la divisa del empleo,
sobre el chaleco antifragmentos, herederos
de aquel primer emblema de la AGT
Canarias. He querido reseñar con nombre
y apellidos a quienes de alguna forma
participaron de estos hechos, dejando
patente el orgullo que siento por haber
podido compartir su lealtad, compañerismo
y amor al servicio, como subordinado,
jefe, compañero o alumno, como espejos
en los que siempre he mirado para
cumplir con su ejemplo y abnegación las
misiones que nos fueran asignadas, deseando
poder contribuir con estas líneas
a perpetuar el recuerdo de su historia.
551 · II-2020 85 La Legión