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VELADA DE BOXEO EN VILLA CISNEROS
Caballero legionario retirado Antonio Lázaro Fernández
Mi nombre es Alberto Lázaro Fernández y estuve destinado entre los años
1972 y 1974 con el empleo de caballero legionario en el primer escuadrón
del Grupo Ligero Sahariano II que en aquella época estaba encuadrado en el
Tercio 4º y emplazado en Villa Cisneros, ciudad del actual Sáhara Occidental.
Sentí la llamada de La Legión a través de mi hermano quien por aquel entonces
estaba allí destinado. La mañana del 4 de agosto de 1972 me dirigí al banderín
de enganche ubicado en Leganés (Madrid) donde en aquella época se
encontraba la Subinspección de La Legión. Éramos unos ciento veinte aspirantes
a caballero legionario. La primera prenda que nos dieron fue el gorrillo,
coloquialmente denominado «chapiri». También nos entregaron un mono azul
y unas sandalias. Allí, aprendí el orden cerrado y el «catecismo» que incluía
los nombres de todos los mandos, tradiciones y forma de vida en La Legión.
Se organizaron las expediciones, y a cuarenta de nosotros nos tocó ir al Grupo
Ligero Sahariano II instalado en Villa Cisneros. Nos llevaron en avión hasta
El Aaiún (la ciudad más importante del Sáhara Occidental) donde nos encuadraron
en una compañía de transeúntes. Allí viví mi primer 20 de septiembre.
Más tarde nos mandaron a Villa Cisneros donde hicimos el campamento y
prestamos servicio.
Por aquel entonces, el boxeo era un deporte con bastante seguimiento en España
y yo, era boxeador. Cuando llegué allí ya había participado en alrededor
de cuarenta enfrentamientos entre afi cionado y profesional pero durante mis
primeros días, nadie lo sabía. En ese primer 20 de septiembre se organizó
una velada de boxeo en la que participé y gané unas mil pesetas de la época
con las que la vida en Villa Cisneros se me hizo más llevadera.
Cuando fi nalicé el campamento me incorporé al primer escuadrón del Grupo
Ligero Sahariano II que prácticamente se nutría de personal voluntario y
extranjero. Fui conductor de vehículos Land Rover y autoametralladora PANHARD
AML-60. Mi capitán fue Benito Abellán y mi teniente, Ángel Matallanes.
Es bien sabido que en esos años, al tener que convivir veinticuatro horas al
día, los siete días de la semana con los compañeros había veces que se producían
rencillas. La manera de resolverlas se denominaba «asunto personal».
Consistía en un combate de boxeo entre militares que así lo habían solicitado
o que se les había observado discutiendo con otros compañeros. Todo se organizaba
a través del servicio de cuartel y las peleas tenían lugar en el «ring»
los viernes. El que ganaba se llevaba una bolsa de dinero y el que perdía, solo
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